Estimados lectores:
Esta revista aparece en un momento en el que gran parte de las expectativas, originalmente cristianas, parecen estar relegadas a un segundo plano para la mayoría de las personas. ¿Deberíamos lamentarlo?¿O es que, a fin de cuentas, esto refleja también un movimiento divino sin que seamos capaces, de alguna manera, de saber lo que puede significar a nivel profundo?
Hoy día, ayudar a alguien a afrontar las dificultades de la vida significa afrontar también estas cuestiones con el presentimiento de que algo imperceptible (misterioso) que actúa detrás de todo y hacia lo que nuestra vida parece orientarse, forma parte de nuestra vida.
Esta revista toca estos contenidos en un extenso artículo:"Pensamientos sobre Dios, sus raíces y sus efectos".Pero, implícitamente, se plantean las mismas cuestiones en los relatos concretos que tratan sobre la manera de llevar a cabo la propia vida y las relaciones que en ella mantenemos...
¿Cómo?
Podemos sentirlo cuando nos imaginamos a un hombre y a una mujer, de pie, a cierta distancia, uno frente al otro. Se miran y abren los brazos. Después, se acercan despacio y se abrazan con ternura.
¿Cuánto tiempo soportarán seguir abrazados? Al cabo de algunos momentos, se separarán y se distanciarán un poco uno del otro.
Y, de nuevo, abren los brazos. Pero esta vez, su mirada va más allá de su compañero, hacia sus padres, y detrás de ellos hacia sus ancestros y hacia su destino. Miran incluso más allá de éste, hacia toda la humanidad, hacia todos aquellos con los que están vinculados. Y miran hacia lo Último, hacia aquello a través de lo cual nos llega la vida y a cuyo servicio ESTÁ también la nuestra. Ahora van a enlazarse y a abrazarse de nuevo. Se acercan uno al otro y esta vez su abrazo abarca todo en un mismo amor.
Así es como podemos festejar estos días. Asintiendo a todo lo que tienen que ofrecernos, proceda de donde proceda. Gracias a todos los que nos ayudan a enriquecer y a celebrar este intercambio: Dar y Recibir.
Nuestros mejores deseos, de mi mujer Maria Sophie y yo, así como de todos nuestros colaboradores
Bert Hellinger