Barcelona, 2001
La relación de pareja es lo más grande y lo más importante que hay. Todos nosotros nacimos de una relación de pareja y al desarrollarnos nos hemos ido desarrollando hacia una relación de pareja. Y en la relación de pareja se traspasa la vida, es la base de la vida.
En la relación de pareja estamos más entrañablemente unidos a aquello que dirige el mundo. Es decir, a la fuerza que dirige al mundo. Yo me la imagino como la gran alma. Esta fuerza obra en la relación de pareja. Y en la relación de pareja es donde más íntimamente estamos unidos. Aquello que mantiene a la pareja junta, en un primer lugar es la realización sexual del amor. Y en esa consumación nos unimos de manera más íntima con esta fuerza mayor.
Por eso este acto es lo más espiritual que existe. Y lo más religioso. Algunos lo infravaloran, como un impulso, o como algo opuesto al espíritu. Pero es justamente al revés.
Por eso trabajamos con el máximo respeto hacia la relación de pareja y hacia aquello que mantiene la pareja junta.
La relación de pareja es lo que más nos forma porque en la relación de pareja nos educamos y en la relación de pareja paso a paso vamos dejando atrás nuestras ilusiones y justamente estamos unidos con lo más grande.
¿Y como se llega a lo más grande? Se llega asintiendo al mundo tal como es. Asintiendo a las diferencias tales como son. Despidiéndonos de la imagen de que una parte es la buena y otra parte es la menos buena o falsa.
Por tanto el progreso o el desarrollo se realizan con el tiempo, reconociendo como igual lo que en una época pensábamos como opuesto.
Y reconociéndolo así como de un mismo rango, nos vemos unidos con algo mayor. Es decir, ese desarrollo se realiza desde lo estrecho hacia lo amplio.
Lo explicaré con varios ejemplos:
El hombre es, como lo dicen algunas mujeres, “desgraciadamente” diferente a la mujer. Y la mujer es, como lo dicen algunos hombres, “desgraciadamente” totalmente diferente al hombre. Son diferentes en todos los aspectos. Y siendo tan diferentes les falta algo. Al hombre le falta la mujer y a la mujer le falta el hombre.
Por tanto tienen que admitir que son incompletos. El hombre es incompleto y la mujer es incompleta y se completan precisamente a través de la relación de pareja. Pero sólo cuando reconocen que el otro aunque distinto, se encuentra a un mismo nivel.
En la relación de pareja el hombre renuncia a algo, a una imagen, como si él fuera mejor. Y la mujer renuncia a lo mismo, la idea como si ella fuera mejor y en ese momento los dos llegan a la humildad. Reconocen sus límites y justamente reconociendo sus respectivos límites, ellos pueden unirse en un conjunto, en un “todo” mayor. Y entonces viven la relación de pareja como una plenitud.
Ahora bien, si el hombre piensa que en el fondo la mujer tenía que ser como él y si la mujer piensa en el fondo que el hombre tendría que hacerse como ella, se les niega la plenitud. Si uno piensa “ahora por fin he encontrado la mujer ideal”, o cuando la mujer piensa “ahora he encontrado al hombre ideal”, ¿Qué es lo que realmente piensan que han encontrado?
Algo que les hace similar, pero así no pueden llegar a la gran plenitud. La plenitud que tienen aquellos que se asombran dándose cuenta de lo diferente que es el otro y que también encaran esa diferencia.
Me han dicho que las diferencias entre los hombres son mínimas y que las diferencias de una mujer a otra también.
Lo esencial en todas partes es igual. Con esa actitud más bien humilde, somos más capaces de tener una relación de pareja en plenitud que si estamos buscando las similitudes. Al mismo tiempo sin embargo siempre es una renuncia y en esa renuncia nos crecemos. Esa es la primera parte, la parte más fácil de la pareja.
Lo difícil empieza cuando el hombre tiene que reconocer, que también la familia de la mujer es igualmente buena. Y cuando la mujer tiene que reconocer que la familia del hombre es totalmente diferente a la familia suya propia. Y aunque sean tan diferentes se encuentran a un mismo nivel ambas son igualmente buenas. Porque en ese momento cada uno de ellos tiene que despedirse de los valores que en su familia contaban como los más altos y a eso se opone una poderosa resistencia interior. A saber, la consciencia.
Quien es fiel a su propia familia y la tiene como ejemplo en todos los sentidos, obra a consciencia. Si ahora también reconoce a la familia de su pareja como igualmente buena y a un mismo nivel, se siente culpable con su propia familia.
Es decir, el reconocimiento de la otra familia, nos exige adaptar también nuestra consciencia. Que también los valores de la otra familia, sean reconocidos como iguales. Y eso es sumamente importante en la educación de los hijos. Cuando la educación se logra los hijos se sienten realmente felices. Eso parte del hecho de que yo pueda reconocer a ambas partes de la familia, la del padre como la de la madre, como igualmente buenas.
Y en la educación de los hijos, tanto los valores de una parte de la familia, como los valores de la otra parte de la familia, pueden ser igualmente buenos. Esto otra vez es una gran renuncia. Cuando el hombre renuncia a imponer los valores de su propia familia en la educación de sus hijos y cuando la mujer renuncia a imponer sus propios valores de su propia familia, en la educación de sus hijos. Después ambos pueden quedar en un nivel superior y pueden acordar, traspasar algo más grande, algo más rico a sus hijos.
La auténtica dificultad empieza cuando el hombre de repente se da cuenta de que la mujer está intrincada en los destinos de su familia, sin saber porque y cuando la mujer se da cuenta también de que su marido también está intrincado en los destinos de su propia familia, sin que el mismo sepa el porque. Y se dan cuenta, de que también tienen que tomar y aceptar al otro con esa intrincación suya.
Hace unos años, di un curso para parejas en Polonia. Uno de la pareja quería dejar la relación, aunque se amaban mucho. Y en las constelaciones se vio que las dinámicas importantes que normalmente sacamos a la luz en el trabajo de constelaciones, también obran sobre la relación de pareja.
Primero está la dinámica de alguien que interiormente dice:
“Yo te sigo en la muerte” por ejemplo, cuando el padre o la madre murieron pronto, ese hijo siente el impulso y la necesidad de seguirles y eso se demuestra también en la relación de pareja. Y esa persona tiende a salir o dejar la relación de pareja.
O la otra dinámica de alguien que dice: “yo lo hago en tu lugar”. Cuando en la pareja del compañero o de la compañera, alguien tiene esa dinámica de decir “yo te sigo en la muerte”.
Un hijo con esa tendencia también tiene un hijo de esa relación de pareja, que muestra la misma tendencia que el padre o la madre y por eso le dice al padre o la madre: “yo lo hago en tu lugar”.
Si aquí trabajamos con parejas yo no miro solamente al hombre o a la mujer. Hay que mirar qué hay en las familias de origen y solucionándolo allí, también puede haber una solución para la relación de pareja. Por tanto este no es ningún curso que únicamente trabaje con parejas sino que trabaja siempre con un contexto mayor.
Pareja con dos hijos que discuten muchas veces sobre las mismas cosas. La mujer trabaja y lleva el sueldo a casa y el hombre está estudiando.
El tema en concreto es el equilibrio entre el dar y el tomar. Una relación de pareja se logra cuando existe un equilibrio entre el dar el tomar. Y el modelo para el equilibrio del dar y tomar, donde realmente depende todo de este intercambio, es la consumación sexual.
En la consumación sexual, el uno da y el otro toma, tanto el uno como el otro. Si hay una consumación sexual donde el uno desea, o sea, es él, el que quiere y el otro el que concede, es decir, es el que da, la relación de pareja ya está a punto de estar en peligro. Ambos tienen que dar y ambos tienen que tomar. Ambos tienen que admitir que eso tiene importancia para ellos. Aquel de los dos que desea, se encuentra en posición inferior. Aparece como el necesitado. Y el otro no es necesitado, sino que únicamente concede. Éste último aparece como él que da, como el más grande. Y allí en el fondo se acaba la relación.
Es decir, primero en este nivel tiene que haber un intercambio pleno.
Ambos reconocen que son necesitados y ambos reconocen que pueden darle algo especial a su pareja. Y ahí se convierte en una auténtica consumación del amor. Y sobre esa base, según este modelo, también más adelante, se tiene que realizar un equilibrio entre el dar y el tomar en una pareja.
Si uno dice “yo tengo un corazón muy grande, rebosante de amor” y así vuelca todo su amor sobre el otro, el primero se siente grande “yo amo”.
¿Y el otro?
“¡ah, bueno, pues que vaya tomando!” Ese otro no tiene ninguna oportunidad de devolver nada, de aportar lo que el otro podría dar. Porque el otro con su corazón tan grande, el otro con su llamado gran corazón dice: “yo tengo bastante”, así el otro, al que se le derrocha todo el amor se enoja, se enfada y ya no quiere tener nada más. Y ese es el gran peligro.
En una relación de pareja, por tanto, el uno sólo puede y debe dar tanto, sólo como el otro puede tomar. Cada persona solamente puede tomar algo y solamente ese algo se da y eso es, otra vez una gran renuncia, que educa a la pareja. Y reconociendo esto, el uno da y el otro puede tomarlo, porque no es demasiado. Es justamente tanto como él puede tomar. Y una vez que lo ha tomado, se siente obligado. Y así también le da al otro, pero no solamente lo mismo, sino que porque le ama le da un poquito más. Así es una relación de pareja, cuando uno ama al otro le da un poquito mas, pero sólo un poquito mas, sólo un poquito, porque si no se convierte en algo peligroso. Y el otro lo toma y también se siente obligado porque acaba de recibir. Y así le da al otro, un poquito más, porque le ama. Y estos muchos poquitos, al final llegan a una gran plenitud. Es decir: uno empieza con poquitos y paso a paso lo va incrementando. Y eso en el fondo es la felicidad, en una relación de pareja.
Pero tiene una gran desventaja, cuanto más se dan mutuamente, más difícil es separarse. Porque el dar mutuo les une. Es decir, la persona que busque la libertad y cierta independencia, aquel que piensa “bueno quizás esto aun no sea lo mejor, quizás me venga otra cosa mejor”, este solamente puede tomar poco y dar poco, así conserva la libertad. Una cierta libertad para cambiar de pareja. Pero cuando tiene la nueva pareja, sigue teniendo tan poca libertad como antes y mira la siguiente pareja y sigue dando poquito y tomando poquito. Quizás aun encuentre una tercera pareja, pero la tercera pareja se da cuenta enseguida, “de éste no me puedo fiar”. Y así la nueva pareja toma solamente poquito y al final tienen libertad inmensa ambos. ¿Pero qué es lo que aporta?
(Pregunta al hombre de la pareja) ¿Por qué no has trabajado?
Hombre: Cuando me casé aun no había terminado mis estudios y ahora estoy haciendo un master.
Hellinger: Y ¿Quién estuvo pagando todo el tiempo?
Hombre: Mi mujer.
Hellinger: Ese es el final de la relación de pareja, naturalmente.
Hay un desnivel tan grande entre el dar y tomar que ya no lo puede recuperar nunca más. “Quién ha recibido demasiado, se va”.
Muy frecuentemente en una relación de pareja, cuando uno no ha acabado todavía la carrera y el otro le paga los estudios, nunca más se puede equilibrar. Y aquel que ha recibido tanto, abandona la relación. Sin compensación no hay relación de pareja. Esta es una ley implacable. Lo mismo ocurre cuando una persona se casa con otra por compasión, aquel por el que siente tanta compasión le dejará, nunca más podrá equilibrarlo.
A veces una persona se casa con una pareja discapacitada, muchas veces podemos ver que la pareja discapacitada va exigiendo más y mas, sin reconocer lo que significa que el otro se haya casado con una pareja discapacitada. Y esa relación de pareja se separa. El equilibrio entre el dar y el tomar, es la base de toda relación de pareja.
Y ahora ¿Qué haremos? Le dice al hombre de la pareja: así tendrás tu master y perderás tu familia. Ese es el precio.
Si el hubiera dejado sus estudios hubiera cogido un trabajo, en su plena responsabilidad por la mujer y por los hijos. El sería grande. Ahora es pequeño.
Ok, bueno en el fondo tendría que dejarlo aquí, pero haremos una constelación. Miraremos a ver si tenemos suerte. ¿De acuerdo?
En esta constelación ya hemos podido ver muchas cosas de una relación de pareja. Y también he demostrado algunos asuntos importantes. Ya empezó con la pregunta, ¿vosotros os enterasteis de lo que estaban diciendo? Quien se refiere a algo tan vago, tan general, no está realmente centrado en el asunto. Si yo hubiera abordado esto directamente no habríamos podido llegar a este resultado. Solo posteriormente salió que la mujer da y él toma. Y lo que yo dije que en el fondo eso no funcionaba, aquí hemos visto que es cierto. En el fondo no funciona. Una situación así, el terapeuta tiene que saberlo y también tiene que atreverse a pronunciarlo. Y a partir de ese momento hubo plena seriedad. Ahí ya no se jugaba. Los dos estaban confrontados con la plena realidad y a partir de ahí yo pude mirar a ver si se encontraba alguna solución.
Esta fue la constelación de la familia y aquí hubo un movimiento importante, cuando él se inclinó ante la mujer, reconociendo y valorando lo que ella había hecho por el. Eso tiene tanto peso que puede equilibrar, compensar lo que el había tomado. Este tipo de humildad y de reconocimiento le devuelve la plena dignidad a la mujer y la dignidad es lo más grande para las personas. Una vez hecho esto, él se crece.
Sólo a través de la humildad él se hizo grande y entonces le puse al lado derecho de la mujer. Cuando el hombre está a la derecha, la mujer se siente protegida, sabe que se puede fiar de él. El hombre asume su plena responsabilidad. Cuando el hombre se encuentra a la izquierda es libre de hacer lo que le parezca. La mujer lo asume todo, pero él es pequeño. Ahora bien, hay muchas situaciones en las que la mujer tiene que ocupar el lugar de la derecha, pero por otros motivos y quizás durante este curso aún lo podamos evidenciar. Y después hice una constelación intermedia, para ver como funcionaba la decisión entre la familia y el master. Yo no le vi capaz de renunciar y también se mostró el esfuerzo. Y la decisión que le exija este paso, lo que después salga concretamente se verá, pero aquí se ha demostrado.
¿Te has recuperado de la reprimenda que te hice esta mañana?
Hombre de la pareja: Sí.
Hellinger: Tienes que decírmelo mirándome a los ojos. Con cariño…
¿Qué acabo de hacer ahora? …acabo de buscar un contacto con su alma, de manera que yo pueda trabajar bien con el y el bien conmigo y eso es muy importante en un principio, entrar en sintonía con las almas y también con tu alma.
Mirando a esta pareja, ¿Quién sufre? … Ella. Por eso cambiaré las posiciones vuestras ahora, (se cambian, él se pone la derecha de su mujer) y empezaré con ella.
Primero ella me sonríe, porque yo la acabo de honrar. … Ahora también estoy en sintonía con su alma.
¿De qué se trata?
Mujer: vivimos en ciudades diferentes y yo vivo con mis dos hijos. El consiguió trabajo hace poco y estamos pensando en ir a la Coruña.
También me preocupa nuestro hijo mayor, porque tiene una obstrucción en el lagrimal, que no se recupera, aunque ya le hemos operado.
Hellinger: ¿Cuantos hijos tenéis?
Mujer: Dos.
Hellinger: ¿porque tu marido no se quedó contigo?
Hombre de la pareja: Ella me hecho de casa, mi hijo mayor con 2 años, me decía “papa vete”. Cuando se quedó embarazada me decidí a dejar mis asuntos y me dedique a pintar casa, jardín, cuidar el proceso del parto, cuidar al bebe hasta los cuatro meses…y lo cuide hasta los dos años y ya se volvió insostenible.
Hellinger: No hay que dejar que las personas den demasiadas explicaciones, porque ahí se va la energía. Lo fundamental, lo esencial, lo hemos escuchado, ella lo ha dicho. Eso es el fondo. Ya basta, los otros motivos no son importantes.
La pregunta sería, ¿Cual es el procedimiento ahora? Pero en realidad ¿el no parece ningún criminal?
Mujer: No lo es.
Hellinger: Por tanto es curioso que le quieras echar… Por tanto yo sospecho que hay algo en tu familia de origen que no tenga nada que ver con vuestra relación. Sino algo que va influyendo desde la familia de origen. Por eso empezaré con la familia de origen tuya. Ok. ¿De acuerdo?
(Se dirige a el), ¿Está bien para ti?
(Se dirige a ella), ¿Que pasó en tu familia de origen?
Mujer: En relación con lo que estamos hablando, mi madre siempre descalificó a mi padre y a la familia extensa de mi padre.
Hellinger: Hubo sucesos especiales como muertes tempranas, accidentes, …
Mujer: Mi madre tiene un tío que murió empalado.
Hellinger: ¿Porque pasó eso?
Mujer: No se, fue un accidente. Un primo de mi padre se suicidó. Dicen que alguien lo acusó de un robo que no cometió. Y en mi familia reciente, murió en un accidente de coche un cuñado de mi madre.
Hellinger: Ok. No sabemos nada realmente importante. Por eso empezaré a configurar a la familia directamente. Y por las reacciones de los representantes podremos ver donde puede ir. Después buscaremos información más concreta.
¿Cuantos hijos sois vosotros?
Mujer: Somos tres hermanas.
Hellinger: ¿Uno de tus padres tuvo alguna relación vinculante antes? ¿Tú qué número de hijo eres?
Mujer: Soy la mayor.
Hellinger: Ok. Elije a cinco representantes, tu madre, tu padre y los tres hijos.
Observando la colocación que ella hizo de los representantes, parece que el padre, esta excluido.
Por tanto, si ella quiere tener la consciencia tranquila, no puede hacerlo de otra manera, que como su propia madre, por tanto tiene que echar a su marido y entonces ser unida con su familia. Y si ella se queda con su marido, toda su vida tendrá mala consciencia. En realidad el marido es absolutamente inocente.
(Le dice a ella), ¿Sabes lo que estás haciendo con él? Es criminal, con buena consciencia. Esto es así, son las intrincaciones. Por tanto tenemos que arreglar algo en esta familia, para que ella luego con la consciencia tranquila pueda quedarse con su marido.
¿De acuerdo?
Mujer: Claro.
Hellinger: (Le pregunta a él). ¿Tú también?
Hombre: Sí.
Hellinger: Ahora él se siente reconocido por mí.
En una constelación así, no hay que regirse por los movimientos del alma, de manera que uno pueda moverse cómo le parezca, eso muy fácilmente lleva a la confusión. Aquí el terapeuta toma la dirección.
¿Que pasó en la familia de tu madre, con sus padres y hermanos?
Mujer: Su madre también descalificaba a su marido y a su familia.
Hellinger: Ok. Las personas que ahora podrían ayudar serían los padres de la madre, o sea los abuelos.
Hellinger saca a dos representantes para los abuelos. El abuelo se siente mal. La madre honra al abuelo.
Al abuelo le faltaba su madre. Ha ganado fuerza a través de su madre a sus espaldas.
Arrodíllate (a la mujer) y que mires a tus abuelos y bisabuela.
Levántate y acércate al abuelo.
Representante de la mujer de la pareja: Se acerca a su abuelo y lo abraza.
Hellinger: (Le pregunta a la representante de la abuela), ¿Como te encuentras?
Representante de la abuela: Bien.
Hellinger: (Configura a los representantes de la pareja, abuelos y bisabuela, uno al lado del otro, salvo la bisabuela que esta detrás del abuelo, en el siguiente orden, de izquierda a derecha). Hombre de la pareja, mujer de la pareja, abuelo, abuela. Y al lado izquierdo del hombre de la pareja a sus tres hijas.
Hija 3, hija 2, hija 1, padre, madre, abuelo (con la bisabuela detrás de el), abuela.
El hombre de la pareja se encuentra perfectamente ahora.
(A la representante de la primera hija), ¿Que te ocurre?
Representante 1ª hija: No estoy cómoda.
Hellinger: Honra a tu padre.
(Pregunta a la Mujer). ¿Que pasó en la familia de tu padre?
Mujer: Único varón con 3 hermanas y se sintió responsable de sacar a toda su familia adelante, compró casas para sus padres y hermana pequeña.
Hellinger: (Pone a 2 representantes de la madre y el padre del hombre, frente a el). Le dice al representante del hombre, que diga a sus padres: “Yo ahora me voy con mi mujer y con mis hijas”. … “Ahora abandono al padre y a la madre y me voy con mi mujer y con mis hijas”.
Representante del hombre: “Yo ahora me voy con mi mujer y con mis hijas”. “Ahora abandono a mi padre y a mi madre y me voy con mi mujer y con mis hijas”.
Representantes de la pareja y sus tres hijas: Se unen de la mano y se abrazan todos.
Hellinger: Ok.
Configura de nuevo a los representantes de la pareja, junto a la pareja con el siguiente orden de izquierda a derecha:
Hombre, mujer, representante hombre, representante mujer.
Y frente a ellos coloca a los representantes de los 2 hijos de la pareja.
(Le dice a la mujer) mira a tu marido y dile: “Lo siento”. “Ahora lo siento”
Mujer: “Lo siento”. “Ahora lo siento”. Ambos se abrazan.
Hellinger: mira a tus hijos y diles: “vuestro padre es el mejor”. “ Para mi es el mejor”.
Mujer: “vuestro padre es el mejor”. “Para mi es el mejor”
Hellinger: (le dice al hombre), mira a tus hijos y diles: “Aquí vosotros no tenéis nada que decir”. “Vosotros sois los pequeños”.
Hombre: “Aquí vosotros no tenéis nada que decir”. “Vosotros sois los pequeños”.
Hellinger: (pregunta a los hijos): ¿Que tal?
Representantes de los hijos: Uno contesta mejor y el otro dice que aun siente un poco de inquietud.
Hellinger: (le dice al representante del hijo que se siente inquieto): arrodíllate frente a tu padre e inclínate profundamente ante tu padre. Éste honra a su padre. Ahora levántate y dile: “Por favor, mírame como a tu hijo”.
Representante del hijo: “Por favor, mírame como a tu hijo”.
Hellinger: (le dice al representante del hijo). Ok, ¿Como te sientes ahora?
Representante del hijo: Mejor, pero aun tengo una pequeña inquietud, hay algo con mi madre, no puedo mirarla con tranquilidad, con libertad.
Hellinger: (le dice a la madre): dile a tu marido: “Me quedo”. “Ahora te puedes fiar de mi”. “Ahora me puedes tener como tu mujer y yo te tomo como mi marido”.
Mujer: (Le dice al marido): “Me quedo”. “Ahora te puedes fiar de mi”. “Ahora me puedes tener como tu mujer y yo te tomo como mi marido”.
Hellinger: (le dice al representante del hijo mayor): ¿como estás?
Representante del hijo mayor: Emocionado y descansado.
Hellinger: (le dice al representante del hijo pequeño): ¿como estás?
Representante del hijo pequeño: Me tranquilizo ahora.
Hellinger cambia la posición de los padres, poniendo al marido a la derecha de la mujer.
Ok. Aquí ya lo dejamos. Gracias.
Si únicamente hubiéramos trabajado con la pareja, no hubiéramos encontrado ninguna solución. Primero necesitamos las soluciones en un segundo plano, porque una vez que ella vio lo que allí transcurrió, también tuvo el permiso de ponerse al lado de su marido y también cuando su padre se despidió de su propia familia, ella tuvo el permiso de despedirse de su propia familia y dirigirse hacia su marido.
Mujer: Esto ha sido muy importante para mi, ver que mi padre se despedía de su propia familia.
Hellinger: Sin la separación de la familia de origen en pleno sentido, la relación de pareja está lastrada, este paso no lo puede evitar nadie y tiene algo que ver con culpa e inocencia. Porque uno se siente culpable, despidiéndose de la familia de origen, para dirigirse a la nueva pareja. Aunque los padres sigan siendo presentes y puedan estar presentes. No hay que permitirles que ellos vayan influyendo en forma decisiva sobre la pareja. Tampoco por su ejemplo malo.
El nuevo sistema, siempre tiene prioridad sobre el anterior. Esta familia tiene prioridad sobre la familia de origen. Si tú te separas de tu familia de origen, también te tienes que despedir de un modelo. El modelo, en este caso, de que el hombre tenga que marcharse. Cuando un hombre se siente respetado, se vuelve increíblemente bello. Ok. Entonces ya está.
Todo lo mejor para vosotros.
Los padres son grandes y los hijos son pequeños
En esta constelación había que tener en cuenta, que aquellos que no fueron respetados, no deben ceder. Cuando el hijo está de rodillas delante de ellos, … como buenos padres, sienten el impulso de ir hacia él.
Algunos Terapeutas también sienten el impulso de ir hacia el paciente, sin exigirle o que realmente sea necesario. Un padre que fue menospreciado se mantiene en pie y no se acerca al hijo. Así el hijo sabe que va en serio y muchas veces un hijo que ha menospreciado a su padre, ha perdido el derecho a tener a su padre y si el padre se acerca esa perdida se encubre. En cambio si dice “en el fondo es así lo has perdido”, él asume plenamente su dignidad y le exige al hijo que también respete plenamente su dignidad. Si eso se representa en su plenitud, el hijo como pequeño puede ir hacia el grande, hacia su padre. Así no se suprime el desnivel.
Es muy importante en a familia que los padres sean grandes y sigan siendo grandes, los hijos no tienen los mismos derechos que los padres. Ni tampoco las mismas exigencias. Los hijos tienen que seguir siendo los pequeños, así luego pueden seguir siendo grandes. Los hijos que hacen ver que son grandes, toda su vida seguirán siendo pequeños… ¡hinchados!, pero pequeños.
Ok . Trabajaré con vosotros ahora.
He observado que has hecho un montón de trabajo como representante y también lo mucho que te conmocionan algunas de las cosas que ocurren aquí y ahora trabajo contigo.
(Al paciente) Cierra los ojos y ahora ve hacia los muertos en tu familia y mira a cada uno de ellos y diles: “por ti hago cualquier cosa”. “Aunque me cueste la vida”.
Y después le dices a cada uno “por favor”.
Necesito doce personas, hacéis un círculo aquí en medio.
Tú te vienes conmigo, cierra los ojos, éstos serían los muertos de tu familia y ellos te protegen.
Hellinger se dirige a los doce representantes y les dice: vosotros rodearle cerca, muy cerca, muy cerca.
(Se dirige al paciente) Y ahora siéntate en medio de ellos.
Los está mirando a todos desde abajo, (le dice al paciente) y ahora diles: “aquí vosotros sois los grandes”.
Los ha mirado a todos y después lo dijo.
Hellinger: (Lleva al paciente a otro lugar, dando la espalda a los muertos y le dice) Estos son los vivos.
Dile a los vivos: “ahora soy uno solo de vosotros”. “yo vivo”.
Paciente: “ ahora soy uno solo de vosotros”. “yo vivo”.
Hellinger: Ok. Gracias a todos vosotros.
No se nada de él. Pero muchos entre nosotros hubieran podido hacer y decir lo mismo. Muchos de niños ven el sufrimiento de sus padres y aquello que ocurrió en la familia, quieren ayudarles y no funciona. Para un niño es demasiado grande. Y eso duele mucho cuando no se puede hacer.
Paciente: Muestra un gesto de dolor.
Hellinger: Exacto. Cierra los ojos, (le deja estar).
Hace poco vi como un joven esquizofrénico se suicidó. Y las noches antes del suicidio, estuvo escribiendo poemas y así me escribió también a mí: gracias por no querer ayudarme.
El conservó su grandeza y eso también es lo que quieren los demás de tu familia, que ellos puedan conservar su grandeza y tú puedas ser el niño y decirles: “vosotros dais y yo tomo”.
Encontré algo sobre los muertos. No se hasta que punto es cierto.
Pero uno puede sintonizar y comprobar en su propia alma el efecto que tiene, cuando le damos un espacio a esto.
¿Qué muertos se encuentran mejor? ¿Cuáles de ellos han concluido su morir y tienen la paz eterna? Aquellos a quienes les permitieron caer en el olvido.
Nos podemos imaginar, como sería en nuestro caso si morimos y se nos recuerda y si nos morimos y se nos olvida.
¿Dónde está la plenitud?
Y así al cabo de un tiempo todos los muertos deben tener el derecho de caer en el olvido.
A veces hay hechos que se oponen, tenemos que respetarlos, quizás también darles las gracias. Y quizás aun hacer un duelo por aquellas personas. Así quedan libres de nosotros y nosotros de ellos.
Hellinger: ¿De qué se trata?
Paciente (con sonrisa): He tenido cuatro brotes psicóticos y estoy con medicación.
Hellinger: Los médicos te trataron bien, te dieron un buen tratamiento… yo veo que si.
(Le pregunta a su terapeuta): ¿Que más hace falta hacer por ella?
Terapeuta: Tiene que acabar de crecer.
Hellinger: (Le pregunta a su terapeuta): ¿Tiene alguna profesión?
Terapeuta: Es profesor de niños y tiene el permiso de los padres para crecer y de toda la familia, también ... Todos ríen …
Hellinger: ¿Y que pasa entonces cuando una persona se acaba de hacer adulta con el permiso? …¿hasta que estatura llega? ... (dice marcando una altura)
¿Cuando una persona es adulta?
La respuesta es cuando ha perdido la inocencia. Entonces es adulto. Y la inocencia se pierde haciendo daño a otra persona, por ejemplo: a los padres separándose de ellos, en ese momento uno se siente culpable…
Ok, ven.
Hellinger saca a la paciente y pone a dos representantes, (padre y madre) frente a la paciente, mirándose entre ellos.
Después de un rato voltea a la paciente poniéndola de espaldas a sus padres y le pregunta.
Hellinger: ¿Cómo se sienten los padres?
Representante del padre: Aliviado.
Representante de la madre: Mejor.
Hellinger: (A la paciente) ¿y tú?
Paciente: Mejor también.
Hellinger: Ok ya está.
Los que sufren
Me gustaría explicar algo, sobre aquellas personas que se presentan como sufridores.
¿Qué ocurre en vosotros, si lo miráis?
Os puedo decir, que ocurrió en mi interior: empiezo enfadado y eso se llama una contra transferencia. Es decir yo siento lo que ella siente.
Detrás de esa presentación del sufrimiento, hay agresión. Sobretodo me imagino una agresión contra los propios padres.
Y ¿Cuál sería la sanación? Este sería el gran arte de la terapia. Uno se comporta de manera que el otro entra en cólera en lugar de sufrir. Así están curados. Pero eso es muy peligroso para el terapeuta. Lo que la agresión es realmente, lo sabréis cuando empiecen a hablar de vosotros fuera, en las pausas. Ahí notareis la agresión en aquellos que se presentan de esa manera tan miserable. Es decir, lo mejor es evitarlos, eso es lo más seguro.
Hellinger: He demostrado algo sobre el control. El que ayuda solamente es capaz de hacerlo mientras mantenga el control. Y el control comprende, que tú como persona que ayuda, insistas en que el cliente te respete.
Y eso significa, que el cliente también respete lo que tú decides. De lo contrario, es el cliente quien decide lo que has de hacer. Y si así lo haces, ¿Cuál es el resultado? El otro se queda igual que antes. ¿Lo he dejado claro? OK.
Cuando veo a alguien que lleva piercing, a veces pienso en el clavo de un ataúd. Simplemente lo pienso a veces.
¿De que se trata?
Paciente: No encuentro mi lugar.
Hellinger: Ya te he concedido un lugar. (después de una pausa). Cierra los ojos y ve hacia la tumba… (Después de un tiempo la paciente se va agachando muy lentamente, Hellinger la va ayudando a que se agache cada vez más). Saca a un representante y le dice que se tumbe delante de la paciente.
Échate a su lado. Observamos que el representante del muerto mira a la paciente y la paciente mira al representante del muerto y ambos se cogen de la mano.
Cuando un muerto tiene los ojos abiertos, está esperando a alguien.
Ahora ella también ha cogido su mano. Ahora ella siente la necesidad de cerrar los ojos. El representante del muerto y la paciente se abrazan y el representante del muerto también cierra los ojos.
Está bien. Eso fue todo.
Ese fue el lugar adecuado, hacia donde iba el alma. (Le pregunta a la paciente), ¿De acuerdo? … ¿Hay algo mejor? …
Paciente: Asiente con la cabeza.
Hellinger: A, si ..? , bueno quizás…
Eso fue todo.
Has pasado mucho. Sí. ¿Qué es lo que pasó?
Paciente: Tengo un hermano esquizofrénico que vive en mi casa con mi familia actual.
Hellinger: Te contaré una historia. Una vez me invitó una familia en Suiza. La mujer era judía, procedente de Hungría. Al nacer ella, su madre se volvió esquizofrénica y al padre lo deportaron a un campo de concentración. Ella estaba casada con cuatro hijos y la madre esquizofrénica llevaba ya cuarenta años viviendo con la familia. Y cuando yo estaba allí, la mujer una y otra vez gritaba. Más tarde la hija vino a un grupo he hice un ejercicio con ella y con todo el grupo. Un ejercicio de Focusing.
Te imaginas a una persona, más o menos a la izquierda a una cierta distancia y sin mirarla directamente. Se espera hasta que espontáneamente surja un movimiento interior … por ejemplo: una inspiración repentina, en ese momento llega un mensaje de aquella persona.
Después la mujer contó que ella había puesto a su madre en ese lugar y le vino una palabra: “ misericordia”.
Hellinger mira al paciente por un tiempo y lo acoge apoyándolo sobre sus hombros.
El paciente llora.
Hellinger: Aun haremos algo para tu hermano y también para ti, porque no sólo afecta a tu hermano, sino a toda la familia.
Hellinger saca a un representante para el hermano, (este tiembla, se agacha en el suelo, en posición de expiación, hasta que cae al suelo).
Hellinger: (Al paciente) ¿Que pasó en tu familia de origen?
Paciente: Mala relación entre mis padres. Mi padre murió de un paro cardiaco y mi hermano fue el primero en verlo.
Hellinger: (Al paciente) ¿Qué pasó en la familia de tu padre?
Paciente: Eran emigrantes españoles, llegaron a Argentina y mi abuelo, padre de mi padre, no está claro si se suicidó o lo mataron y mi abuela se quedó con dos niños pequeños, mi padre y mi tío.
Hellinger: ¿Cuándo se exiliaron?
Paciente: Antes de la guerra civil, mi padre era pequeño.
Hellinger: Saca un representante para el abuelo y lo pone frente al representante del hermano. El representante del abuelo mira al suelo.
Saca a otro representante (que no sabemos quien es) y lo tumba donde mira el abuelo y pregunta al representante del hermano
¿Qué ha cambiado?
Representante del hermano: Se hace más presente mi hermano, (éste mira al representante del muerto). El representante del abuelo se tumba junto al representante del muerto y el representante del hermano les mira a ambos.
Hellinger levanta del suelo al representante del hermano y lo pone junto al paciente.
El paciente se abraza al representante de su hermano mientras este sigue mirando al abuelo y al muerto.
Hellinger: (A los dos hermanos). Mirar al representante del abuelo y al representante del muerto. Y honráis lo que pasó.
(Al representante del hermano) ¿Cómo te encuentras tú ahora?
Representante del hermano: Bien.
Hellinger: (Al paciente) ¿Y tú?
Paciente: Mejor.
Hellinger: Pero aún no he terminado. (Al paciente) está claro que esto fue un asesinato. ¿Ahora lo tienes claro?
Paciente: Sí
Hellinger: (Al paciente) Ahora tú te sientas de nuevo.
(Al representante del hermano), la sanación de la esquizofrenia es posible cuando una persona está identificada con ambas partes. Con el asesino y con su víctima. Logrando reconciliar ambas partes y eso sólo es posible, cuando ellos dos se han reconciliado, cuando ellos dos se han encontrado.
El ejercicio sería este:
(Al representante del hermano), apóyate sobre la víctima y el perpetrador y respira profundamente, con la boca abierta. Y permite que ambas energías confluyan en tu interior, la energía de la víctima y la energía del perpetrador. Respira profundamente y abre de par en par tu alma y tu corazón para ambos lados. Y vosotros dos (representantes de la víctima y perpetrador) os miráis.
Ahora te das la vuelta y los miras a los dos (representantes de la víctima y del perpetrador). Los tres se abrazan.
(Al representante del hermano) ahora los miras una vez más… y te das la vuelta avanzando hacia la vida. Ya está. Muy bien. ¿Cómo te encuentras?
Representante del hermano: Bien.
Hellinger repite el mismo ejercicio con el paciente.
Cierra los ojos y apóyate sobre los representantes de la víctima y el perpetrador. Respira profundamente, con la boca abierta y permite que ambas energías confluyan en tu interior… Date la vuelta, los miras una vez más y abrázas a ambos. Los tres se abrazan…
Ok. Ahora te das la vuelta y avanzas unos cuantos pasos hacia delante.
Hellinger pone al paciente frente al representante de su hermano, mirándose. Ambos se abrazan.
Ok ya está. Muchas gracias a vosotros.
Esto ha sido un modelo. Cómo en el alma se puede unir lo que antes estaba opuesto.
De este ejercicio hay muchas variantes. Contaré un ejemplo:
Hace unos meses estuve en Suecia y me trajeron a un hombre autista de unos 35 o 40 años. En toda su vida no había dicho más que dos palabras. Y vino con todos sus acompañantes. Siempre hacía un gesto repetitivo (se sacudía las manos). Yo pensé en lady MacBeth, está mirando sangre, entonces pregunté a su acompañante si sabía algo de su familia de origen. Sí, dijo. La abuela tuvo herido al abuelo y este murió. Y después tuvo una relación con un marinero y el marinero la mató. ¿Y a quien configure entonces? A la abuela y al abuelo. ¿Qué hizo el abuelo? El gesto del autista. Y después se echó al lado de la abuela y puse al niño autista a su lado. Y entonces el niño autista pudo juntar sus manos.
¿Cómo es posible trabajar de esta manera, que he demostrado aquí? ¿Soy vidente?..¿O qué...? No.
Un representante se convierte en vidente si de repente se da cuenta de lo que ocurre. Únicamente el representante está en contacto y de la misma manera, al mismo tiempo, yo también estoy en contacto, es decir: Yo me expongo, pero con responsabilidad. El representante no tiene ninguna responsabilidad, el únicamente representa y muestra lo que ocurre en su interior.
Pero yo, como persona que ayuda, tengo a la vista un conjunto mayor y también lo siento. Es decir yo también lo siento de manera similar a los representantes. Yo dejo de lado mis sentimientos personales en ese momento. Es decir dejo de lado mis propios sentimientos, mis propios pensamientos y mis propias intenciones. Me dejo guiar, sin miedo. Esa es la base aquí.
De hecho a veces digo frases de las que alguien puede pensar, ¿desde luego como es capaz de decir esas cosas? Pero muchos de nosotros sienten las mismas frases, pero no se atreven a pronunciarlas. Estando en sintonía, también todo lo más atrevido es correcto, se percibe por los efectos.
Es decir, nos exponemos y entramos en sintonía con un sistema mayor. Y de la misma manera que el representante, a veces, tarda un tiempo en percibir cual es el movimiento, así también las personas que ayudan. El representante no sabe hacia donde le lleva y yo tampoco lo se. Pero al cabo del tiempo siento,... siento que ese es el siguiente paso.
Por ejemplo: Aquí hace falta una persona más y también, siento si es un hombre o una mujer. Así me fío de ese movimiento y entonces sin ninguna añadidura, el trabajo se densifica al máximo y después me retiro de nuevo. El alma del cliente sigue caminando sin mí.
Ese seria el trasfondo por así llamarlo. Y en esa actitud podemos entrar poco a poco y aquellos de vosotros, que fuisteis elegidos varias veces como representantes, lo tienen más fácil ya saben lo mucho que se pueden fiar de ese movimiento. Y así al cabo de un tiempo, es un avanzar a tientas y allí se encuentra justo lo necesario. No perfecto por supuesto. Y a veces también se dan errores, pero eso no importa, porque en el movimiento más grande eso se vuelve a equilibrar. Es muy difícil, y requiere un gran esfuerzo, engañar al alma realmente, o desviarla de su camino. El terapeuta, la persona que ayuda, también se da cuenta de que se queda tranquilo en todo eso. Mientras él se sienta tranquilo, está bien. Ya cuando empieza a inquietarse, vamos por mal camino y entonces sólo hay un remedio, interrumpir el trabajo inmediatamente. Bien, hasta aquí sobre el trasfondo.
Hellinger: ¿De que se trata?
Paciente: ….(La paciente no mira a Hellinger)
Hellinger: (Retira el micrófono del paciente). ¿De que se trata realmente? y mírame.
Una persona, en cuanto aparta la mirada, interiormente empieza a leer su programa y entonces ya no hace falta escucharla. Cuando mantiene la mirada, surge lo que es real.
Paciente: No me siento querida.
Hellinger: Antes de decirlo aparto la vista un momento. Con una mirada directa nunca se puede decir nada negativo de si mismo, ni de otros.
Si una persona lo hace, aparta la mirada un instante. Y así lo hizo. Ya no tenéis que escucharle. Eso ahorra tantísimo tiempo…
¿De qué se trata en realidad?
Voy a hacerte una pregunta totalmente diferente. ¿Que le hiciste a otra persona? quien dice “no me siento querida”, es que no ha querido. Y le hizo algo a alguien.
Cierra los ojos. Cuando la paciente cierra los ojos, Hellinger saca a una representante (una hija de la paciente, aunque Hellinger no dice de quien se trata) y le dice que se arrodille frente a la paciente.
La paciente, al cabo de un tiempo, se levanta, se acerca a la representante y la intenta levantar.
Hellinger: ¿Eso es amoroso? …Eso es una violación.
Entonces la paciente se arrodilla junto a la representante, que cae al suelo y la paciente se tumba a su lado y la acaricia.
(Le dice a la paciente). Mediante caricias, no se ha resucitado todavía a ningún muerto.
La paciente deja de acariciar a la representante y se queda tumbada junto a ella un momento.
Hellinger: Esta hija está muerta, .. acababa de cerrar los ojos.
Aquí lo dejo.
Hellinger: (Pregunta a la paciente de nuevo) ¿De qué se trata realmente?
Paciente: No lo se.
Hellinger: Yo tampoco. Ok. Ya está.
La agresión
Hellinger: Tengo que salir ahora de ese primer campo y sintonizar aquí, por eso dejamos pasar cierto tiempo primero. …
¿De qué se trata?
Paciente: Suspira sin mirar a Hellinger
Hellinger: Le retira el micrófono. El micrófono es un instrumento importante, para la persona que ayuda, así se puede regular bastante.
Paciente: tengo un sufrimiento que arrastro desde pequeña.
Hellinger: ¿Cual es el sufrimiento?
Paciente: Periodos de ansiedad y obsesiones.
Hellinger: (Le saca a la paciente y le dice). Ponte ahí y cierra los puños
Paciente: mira al suelo
Hellinger: Saca a un representante del miedo, frente a la paciente.
Paciente: Le tiembla la mano derecha.
Hellinger: Realmente tiene miedo de esa agresión, porque es peligrosa. Dile, “Te mato”.
Paciente: “ Te mato”.
Hellinger: ¿A quien querías matar?
Paciente: A mi madre.
Hellinger: Asiente con la cabeza. .. una hija así esta perdida. Aquí lo dejo Gracias.
Hellinger: ¿Hubo alguien más en la familia, que quería matar a otro?
Paciente: Mi abuelo, trataba mal a mi abuela.
Hellinger: Te he preguntado, por quien quería matar a otra persona. No debemos abordar esas desviaciones, ¿quien más quería matar a otra persona?
Paciente: Mi madre cuando quedo embarazada, no me quería.
Hellinger: ¿quien dijo eso?
Paciente: Mi madre.
Hellinger: Bueno… ahí hay otra cosa, ahí no hay fuerza, se puede notar. Ok. No puedo hacer nada, lo dejo aquí. Sea como sea, el miedo pasó, en este sentido la he curado.
En lo que nos fijamos es en las señales ínfimas, mínimas. Cuando ella empezó a hablarme, tenía una expresión muy agresiva conmigo, no tenía ningún miedo. Entonces por precaución partimos de lo contrario. Entonces le hice cerrar los puños. Todo esto es la consecuencia de una observación exacta y así pudo surgir.
Hellinger: Ahora tengo que entrar en sintonía con ella.
¿Cuanto tiempo hace que estás sufriendo?
Paciente: Desde que nací, desde los 14 años.
Hellinger: Eso es exagerado, con exageraciones no ganas puntos conmigo. ¿Qué ocurrió?
Paciente: Padre y abuelo esquizofrénico
Hellinger: .. Está bien. ¿El abuelo es el padre del padre?
Paciente: Sí
Hellinger: Ok. Saca a los representantes del padre y del abuelo, bisabuelo, tatarabuelo, tata tatarabuelo….etc. así hasta la octava generación.
¿Sabes que pasó, en la generación del bisabuelo?
Paciente: Mi abuelo salió de la primera guerra mundial y mi padre es el único argentino. Sólo eso.
El padre y el tatarabuelo caen al suelo. El abuelo y el bisabuelo miran al suelo.
Hellinger: Desde la generación del tatarabuelo, aquí en adelante pasó algo
Paciente: viéndolo me aterra.
Hellinger: Exacto, con razón.
Saca a una representante y la coloca delante del bisabuelo. El padre se levanta y va ayudar al abuelo y también mira al bisabuelo. El abuelo se pone en posición de expiar. El padre se tumba junto a la representante de la muerta, en ese momento la paciente rompe a llorar y el padre se levanta y va a hacia la paciente, la abraza y la consuela largo rato.
Hellinger dice al bisabuelo, que coja a la representante de la muerta y la abrace.
El abuelo por primera vez mira. Dice al abuelo que se levante y lo saca.
La representante de la muerta se va rodando, al lado del abuelo.
Hellinger lleva a la paciente junto a la representante de la muerta y la toma en su corazón y le cierra lo ojos. Mientras, el padre se levanta y la mira.
Ahora encuentra la tranquilidad y esa es la sanación para ella, también unida a ambos.
Ahora sí que hay paz. Ahora hay paz también para él. Paciente y abuelo se miran y se dan la mano.
(A la paciente) Ahora te puedes levantar. OK. Gracias a todos vosotros.
Lo curioso es que muchas veces, aquello que salva proviene del perpetrador, muy extraño a veces, el perpetrador tiene la clave.
Paciente: No puedo hablar, estoy afónica.
Hellinger: ¿desde cuando estás así?
Paciente: Dos días.
Hellinger: Cierra los ojos. Imagínate a una persona, a quien le dices: “yo no digo nada”.
No tengo ni idea de lo que pasa, ni tampoco puedo saberlo.
Saco a la representante del síntoma (sea el que sea),
Representante del síntoma tiembla y mira al suelo.
Hellinger: (A la representante del síntoma), ¡grita!.. ¡Grita!
Representante del síntoma: No puedo gritar.
Hellinger pone a un representante de un muerto (desconocido), tumbado en el suelo, (a donde mira la representante del síntoma).
(A la representante del síntoma), .. ¡grita!.. ¡grita! .. ¡socorro!
La representante del síntoma no puede gritar y señala a otros con el dedo.
Hellinger: a la representante de la muerta…¡grita!
Ésta se pone a gritar. Después pone a la paciente echada al lado de la representante de la muerta.
La representante del síntoma se sienta al lado de la representante de la muerta, se ponen a gritar y se abrazan hasta quedarse en paz.
Hellinger (saca a la paciente fuera): Está bien.
Bastante loco lo que ocurre… ¿no? ¿Quien podría atreverse a interpretar esto?
Hellinger: ¿Que le pasa a tu pierna?
Paciente: Tuve la polio.
Hellinger: ¿Qué edad tenías?
Paciente: once meses.
Hellinger: ¿Qué asunto traes?
Paciente: Siempre he tenido mucha confusión, indecisión y mucho miedo que me impiden discernir y decidir.
Hellinger: Es frecuente eso. Con cada decisión se pierde algo. Y para no perder nada, mejor no decidir nada.
¿Que se pierde por una decisión?, ¿Quieres que te lo diga?
Paciente: Sí
Hellinger: Por una decisión se pierde al padre o bien a la madre.
Te contaré un secreto:
Cuando te engendraron no se podía distinguir, por tanto, quien es la persona a la que temes perder, si tomas una decisión?
Paciente: No lo se.
Hellinger: ¿Es el padre?, ¿O la madre?
Paciente: No lo se.
Terapeuta: La dieron en adopción, después de nacer.
Hellinger: ¿Te dieron en adopción?
Paciente: Sí
Hellinger: ¿por tanto, a quien pierdes si te decides? pierdes a tus padres adoptivos o a tus padres biológicos. Lo constelaremos.
Saca a los representantes de los padres biológicos, de los padres adoptivos y a la paciente.
Terapeuta: Ella no tuvo padres adoptivos, se quedó en el hospital con la directora y el personal del hospital.
Hellinger: Hago un ejercicio muy simple.
Acerca a los padres biológicos y les dice que la lleven (a la paciente), hacia sus padres adoptivos.
La paciente abraza a sus padres adoptivos.
Hellinger: (A los padres biológicos), ahora os retiráis. (A la paciente), mira ahora a tus padres y diles: Vosotros me disteis para siempre. Gracias por la vida que me transmitisteis. Ahora me giro hacia mis padres adoptivos que me mantienen con vida. (La paciente se gira hacia sus padres adoptivos).
Hellinger: Ok. Gracias a todos vosotros.
¿Como te encuentras ahora?
Paciente: Bien . Me sentó bien decir que renunciaba a ellos para siempre. Me quite un peso de encima.
Hellinger: Exacto. Te deseo lo mejor. Decídete por la felicidad.
Hellinger: Para terminar, me gustaría decir algo sobre el amor. Mucho amor es miedo. Miedo de ser abandonado, miedo de perder la unión con la familia, sobre todo la unión con la madre y con el padre. Y así el hijo hace todo lo posible para poder conservar esa pertenencia, incluso al precio de su propia salud, o de su propia claridad, o de su propia vida. Ese es el amor de un niño pequeño. Ese amor es absolutamente ciego. Y pase lo que pase en ese amor, sea cual sea el precio que se paga por ese amor, el corazón del niño se siente feliz.
Después hay un amor que mira y se fija, que ve al otro, que ve a la madre y al padre y mira más allá, más lejos. Y de repente en la cara de los otros, ve el amor. El miedo únicamente se puede tener apartando la vista, ese amor temeroso no mira directamente. Amándose, amando y recibiendo…algo se inicia. Dar y tomar. Primero tomar y después dar. Y ese amor crece.
Otro asunto más, está unido al amor del niño. Hay la fantasía de la omnipotencia. Si amo de esta manera, salvo a la otra persona. Quizás lo redima. Tengo poder sobre su vida y sobre su muerte. Este tipo de fantasías y de omnipotencias, únicamente lo pueden mantener los niños, porque los niños están ciegos.
Ok. Creo que aquí lo voy a dejar.
Sobre el amor, por supuesto, se podría decir mucho más. Aquí se trataba de hablar del amor, tal y como se presenta en la psicosis.
Ahora sí que está hecho el trabajo. Fue una gran osadía lo que nos hemos atrevido a ver, a qué abismos nos hemos acercado, en cuantos laberintos peligrosos. Igual había allí un niño fauno que nos podía devorar. Pero todo fue bien…
En Alemania hay un dicho: “quien se atreve gana”. Eso vale para mi y par los clientes y para los demás que lo han soportado. Y fue un atrevimiento por nuestra parte abordarlo. Muchísimas gracias. Estoy seguro de que esto traerá una gran bendición. Estas tres personas lo organizaron. Muchas gracias. Y qué hubiera sido de mi esfuerzo sin traducción?
Hellinger: Sobre el desarrollo del trabajo con constelaciones hasta este tipo de trabajo, como aquí lo hemos podido ver, hubo un largo camino. Y una vez descubrí el camino en un pequeño poema, os lo contaré:
Al padre anciano, llegó el hijo pidiendo,
Padre bendíceme antes de que te vayas,
El padre dijo:
Sea mi bendición. Que en el camino del saber,
yo te acompaño al principio un trecho.
A la mañana salieron.
Y de la estrechez de su valle, subieron a una montaña.
El día ya iba curvado, cuando llegaron a la cima.
Pero ahora la tierra, hacia todos los lados,
hasta el horizonte yacía a plena luz del sol,
El sol se puso y con el desapareció la suntuosidad.
Se hizo la noche, pero cuando cayo la oscuridad,
Destellaron las estrellas.