Bert Hellinger / Los textos citados son las transcripciones autorizadas por el mismo Bert Hellinger de sus entrenamientos y conferencias. Algunos son extractos de sus libros.














































El amor, ¿qué es?

2-3 de febrero de 2.007, París.

El amor es la base de la vida. Estamos vivos, unidos a otros por vínculos de amor; si el amor se logra, la vida también. 

¿De dónde viene el amor?

Cuando pienso “amor” pienso en el amor entre hombre y mujer. Pero en primer lugar pienso en el amor de mis padres. Nuestra vida se enraíza en su amor, es la fuente de nuestra vida. Sin su amor, de hombre y mujer, no estaríamos aquí. 

Por lo tanto, el amor esencial es el de Hombre y Mujer, de donde proviene la vida. Y este amor es el que acompaña a la persona desde que nace hasta que se enamora a su vez. 

Mucho antes de ser capaces de dar amor recibimos amor, lo tomamos de nuestro padre y de nuestra madre; y cuanto más cogemos este amor, más amor damos después. 

Tomar el amor de nuestros padres 

Nuestro amor comienza al tomar el amor de nuestro padre y madre y el principio de nuestra vivencia de amor es el amor para nuestros padres. 

Luego, ¿qué ocurrió con nuestro amor hacia ellos? Se inmiscuyeron cosas, de modo que ese amor dejó de fluir como al principio.

Algunos saben cómo deberían ser los padres perfectos, y dicen que se les puede amar solo si son perfectos… qué extraño... 

Esto nos aleja de ellos y de nosotros mismos tal y como somos. Pues con un concepto ideal de ellos, también tenemos un concepto ideal de nosotros mismos; y al apartarnos de ellos nos apartamos también de nosotros mismos. 

¿Qué es lo más importante? 

¿El hecho de tener padres o cómo son esos padres? 

¿El hecho de tener pareja o cómo es esa pareja? 

Lo mismo con los hijos… Pues si imaginamos cómo deberían ser nuestros hijos, ¿los queremos como son? 

Es más importante pertenecer que saber a qué o a quién pertenecemos. 

Cuando se dice mi madre, mi padre, mi destino, mi hijo, mi.., mi… ¿tenemos derecho a decirlo? ¿Los poseemos? ¿Tenemos un derecho sobre ellos? 

Y todo nos es dado, predestinado, venido de otro sitio, sin que tengamos derecho a ejercer influencia sobre ello.

Entonces si miro a mi madre y a una fuerza más grande, vemos que la madre es dada tal y como es, y el padre es dado tal y como es. Y solo me queda tomarlos como son. Poco importa lo que han hecho; no interfiere aquí, pues, tal y como son, han sido mis padres para mí y se transforman en mi destino, el destino tal y como me es asignado.

Y entonces digo: 

Querida mamá, tal y como eres te tomo, tal y como eres tomo la vida, tal y como me la has dado. 

Y así eres justa para mí, lo tomo todo de ti, tal y como viene de ti. Abro todo mi corazón a lo que me das, incluso lo que fue duro o malo. Así eres mi madre y así soy tu hijo. 

Y ahora empezamos a tomar todo de ello, empezando por la concepción, el embarazo, los nueve meses en su vientre, con sus expectativas y miedos, tomamos su asentimiento a nuestra existencia tal y como fue. 

Y luego el nacimiento con riesgos para su vida. Y luego nos tomó, nos alimentó, durante muchos años y ahora le decimos: querida mamá, lo tomo todo de ti, ligero y pesado. Ahora hago algo con ello. Para que sepas que tu amor no fue en vano, lo transmito.

Y podemos sentir lo que pasa en nuestra alma al decirlo, y cómo nuestro amor se transforma, y lo transmitimos.

Y lo mismo con nuestro padre. 

Y hemos sido aptos para la vida porque hemos tenido estos dos padres. 

He pensado mucho en esto. Cuando a veces he pensado que podía hacer cosas independientemente de la madre o incluso en línea directa con Dios. Pero Dios ¿dónde se manifiesta en su plenitud? 

¿A lo lejos? o ¿muy cerca?

Primero en nuestra madre y padre. 

Si rechazamos a nuestros padres, con reproches, a nosotros mismos, ¿a quién rechazamos? A Dios, claro. 

Para nosotros nuestros padres están inmediatamente vinculados a Dios. 

¿Cómo se puede acceder a lo divino? 

¿El amor qué es?

El amor es primero la experiencia del amor de nuestros padres y primero el amor para cada uno de ellos. Eso es el fundamento del amor. Y fundamento del amor posterior de pareja. 

Muchos tienen dificultades en la pareja. 

Cuando existen esas dificultades, primero hay que ir a mirar si quiere a su madre. El que rechaza a su madre no puede querer a una pareja. Pues al cabo de poco tiempo la pareja va a vivir lo mismo que la madre. 

El déficit con la madre se va a repetir en el amor con la pareja y luego con los hijos. 

Muchas madres que no han podido tomar a su madre, no aceptan a su hija, pues la toman por su madre y tienen con ella expectativas de su madre y la hija se transforma en su abuela. 

La base para todo amor logrado es el amor logrado para la madre. 

El mayor problema en terapia tiene que ver con el rechazo de la madre. 

¿Qué permiten las constelaciones familiares? 

Dependerá del que facilita la constelación, si está de acuerdo con su madre, puede querer a la madre del cliente. 

Cuando el constelador renuncia a un movimiento voluntario, la relación con la madre se restablece. Aquí podemos iniciar ese movimiento hacia la madre. 

¿Con qué derecho exigimos a una persona corriente que sea perfecta? 

Hay distintos amores según su extensión: está el amor estrecho: solo quiero a algunas personas y excluyo a otras; y existe un amor que va más allá.

El amor estrecho, el de la buena conciencia

Existe un amor que sigue nuestra conciencia, que nos une a nuestra familia. 

La conciencia está al servicio de la fidelidad a la familia. 

¿Cuándo tenemos mala conciencia?

Cuando hacemos algo que va en contra de los valores de nuestra familia. 

Mala conciencia: miedo a haber perdido el derecho a la pertenencia. Por el contrario, si actúo como para sentirme de la familia, tengo buena conciencia.

¿Quién tiene mala conciencia?

Los hijos. La mala conciencia les ata a su familia. La conciencia sirve / permite nuestra supervivencia. 

Hay otras conciencias, conciencias distintas con el padre, con la madre, etc.

Gracias a nuestra conciencia sabemos exactamente lo que tenemos que hacer para pertenecer. En una pareja es lo que crea problemas. Los dos tienen dos conciencias distintas y se enfrentan, y sobre todo cuando hay hijos cada uno quiere hacer respetar los valores de su familia. 

Y cuando acuerdan respetar los valores de las dos familias, ambos tienen mala conciencia y eso es bueno, sobre todo para los hijos, que toman los valores de los dos en su corazón. 

Y nos hacemos adultos cuando vamos más allá de los valores de nuestra familia. Y cuando respetamos los valores de otra familia, aunque nos de mala conciencia. La mala conciencia es señal de crecimiento. 

Toda persona que escucha su buena conciencia rechaza alguien. 

La buena conciencia nos obliga a rechazar a alguien para pertenecer a nuestro grupo. 

Todo moralista rechaza a alguien, desea que el otro se muera. Incluso los que siguen mucho su conciencia. 

Los que quieren la justicia ¿están en el amor? Los que quieren la justicia ¿qué desean profundamente? que el otro se muera.

Lo importante en nuestro crecimiento es ir más allá de las fronteras de nuestra conciencia, para poder concebir que los otros son tan buenos como nosotros.

Tienes tanto derecho a ser como eres, como yo tengo el derecho de ser tal como soy. 

Por favor, quiéreme tal y como soy.

Consecuencia de la buena conciencia, consecuencia de la exclusión

Si todos tienen el mismo derecho de ser como son, ¿qué pasa cuando alguien es excluido de una familia? ¿Qué pasa cuando se le quiere matar, por ejemplo con los abortos? ¿Qué efecto tiene en la familia?

La otra conciencia, la colectiva, la familiar, tiene una fuerza mucho más grande que la conciencia personal. Esa conciencia colectiva vigila el hecho de que todos pertenecen, y si alguien es excluido (un abandono, un aborto), más tarde, por la presión de ese campo, una persona representará a la persona excluida y tendrá sus mismos sentimientos; y eso se llama “intrincación”. 

Ahora constelamos con una sola persona y a menudo la mirada va al suelo, mirando a un muerto excluido; y ese cliente tiene una atracción por la muerte, quiere reunirse con ese muerto excluido. 

Muchas enfermedades están ligadas a este fenómeno. La enfermedad mira al excluido y nos obliga a mirar al excluido. Y esto permite que el excluido sea acogido de nuevo. Y el cliente se libera de la intrincación. 

El amor grande

El amor es eso: toda persona tiene el mismo derecho de pertenecer. Si le abro mi corazón soy más rico y él vuelve a la familia. 

La Conciencia Colectiva Familiar sigue otra ley del amor. Cada uno en un grupo tiene un lugar preciso, su lugar. Y ese lugar es definido por la antigüedad en la pertenencia. Es un orden del amor. Y en nuestra cultura ha desaparecido, a veces por amor. Y el castigo por violar el orden hace peligrar la vida; uno tiene el deseo de morir. 

Nuestro justo lugar está fijado de antemano, es importante estar en él, permanecer allí. Uno estará bien y los otros también. Para los hijos es importante que los padres estén en su sitio y los hijos en su sitio, y si se le impide tener acceso a su padre o a su madre el hijo estará mal. 

Tiene que tener acceso a ambos padres con la misma intensidad. 

El amor en el terapeuta

En nuestra alma debemos dar el buen sitio al hijo y a sus padres. Es en nuestra alma donde se crea el buen orden y el orden justo para el otro, sus padres o sus hijos; y así ellos también pueden dar el buen orden y tener acceso de la misma manera a ambos padres. 

No importa lo que se diga sobre estos padres, no nos dejamos distraer del respeto por esos padres. ¿Cómo se hace? Cuando reconocemos que su padre o madre es lo más grande que existe, independientemente de cómo son. 

La grandeza del padre o madre simplemente viene por el hecho de que sean padre o madre. Transformarse en padre o madre es lo primero. De allí surge su dignidad, todo lo demás es secundario. No importa lo que dice el cliente sobre sus padres, o sus hijos. Esto no nos apartará de nuestro respeto por sus padres, o su hijo. 

Y al hacerlo, creamos algo que se llama Amor.

No es un sentimiento, es un saber con respeto a una grandeza, es el reconocimiento de una grandeza. 

Miro su madre, su padre, los pongo en mi corazón. 

El destino de su familia, lo honro. Me pongo en el último lugar, debajo de ellos, no me inmiscuyo, y así siento lo que puedo hacer y hasta dónde. 

Y así, allí, el cliente se siente en seguridad.

Así lo he dejado en su lugar, y yo en el mío. 

Los comentarios

Cuando alguien hace un comentario, se sitúa por encima de mí. Si es una pregunta está bien, está por debajo de mí. 

Un ejercicio

Buscamos a la madre en el cuerpo. Está en todo el cuerpo. 

Ahora entramos en contacto con nuestras emociones, las buscamos en el cuerpo, la nostalgia por ejemplo.

¿Dónde están?

Entramos en contacto con ellas, luego buscamos de nuevo a nuestra madre.

¿Dónde está el amor?… 

¿Dónde está el dolor?…

¿Dónde está la madre?...

El movimiento del Espíritu

Todo está en movimiento. 

¿De dónde viene el movimiento de nuestro cuerpo?

Millones de informaciones son manejadas para nuestra supervivencia; son inalcanzables para nosotros. Vienen desde fuera, de otra conciencia, de un Espíritu, con benevolencia hacia todo tal y como es. 

Para ese Espíritu no existe el mal, no hay nada mal ni malo. 

Todo es como es porque él lo piensa como es. 

Cuando aquí imaginamos una buena solución, no estamos en acuerdo con este Espíritu, no respetamos el movimiento del Espíritu con lo que se pone a la luz, nos ponemos encima, queremos algo distinto de lo que sale. 

Aquí es “seguir el movimiento del Espíritu”, y al seguirlo recibo informaciones que me vienen de acuerdo con ese movimiento, y esas informaciones se revelan justas. 

Hay otra cosa también, esos movimientos son siempre imperfectos, no acabados. No nos permiten llegar a una buena solución,“acabada”, como nos gustaría. 

Cuando quiero una solución acabada, soy una traba para el movimiento, y precisamente porque no es acabado sigue en movimiento, por eso es importante, detener el trabajo para que el movimiento siga. 

Estos movimientos vienen del Espíritu, llevan a la reconciliación. Ponen a la luz a alguien que fue rechazado. 

Si se pregunta ¿qué quieres conseguir? el movimiento del Espíritu habrá sido detenido; le habremos usurpado su papel. 

Y el movimiento dentro de la persona sigue, y siempre es un movimiento de amor. Nos podemos fiar de este movimiento. 

¿Cómo podemos entrar en resonancia con este movimiento?

Cuando nos giramos con benevolencia hacia todos como son. 

¿Cual es el efecto del movimiento del Espíritu?

Entramos en paz, recogidos, sin preocupación, pues nos dejamos llevar por su movimiento. 

Es una perspectiva muy bella. 

Sobre la muerte

Ahora alguien con una enfermedad grave. 

¿Cuánto vas a vivir? ¿Cuánto tiempo quieres vivir? ¿Cuándo te apetece morirte?

Cuando alguien se muere, ¿Cómo es para él cuando se da cuenta que algo sigue, que la muerte no es el final? Pensará: tendría que haber vivido algo más, podría haber hecho algo más y ahora ya es demasiado tarde. 

Por otro lado ¿podrá seguir amando? No lo sé, quizá sea mejor hacerlo en vida. Amar es tomar a alguien en su corazón, eso es lo que no quiere hacer; prefiere morir. Y una vez muerto, ¿habrá ganado o perdido algo?

Preocuparse

¿Qué ocurre cuando nos preocupamos por alguien?

Lo que digo es válido para todos salvo los padres con hijos pequeños.

¿Qué ocurre a los que se preocupan por otros? 

¿Les va peor o mejor a esos otros? 

¿Les da o les quita fuerza?

La preocupación no es amor. 

El que ama es capaz de soltar. 

La frase

Yo me armonizo con un movimiento interno para elegir una frase que servirá a todos a la vez. 

El movimiento del Espíritu no va nunca a un solo individuo, sino que todo lo que ocurre en resonancia con el movimiento del Espíritu sirve a otros muchos. 

La agresividad de los hijos 

Los hijos agresivos quieren mantener vivos a alguien gracias a su agresividad. Luchan contra la muerte, quieren vencer a la muerte.

Evolución de las Constelaciones Familiares

Las constelaciones familiares evolucionan.

Primero fue ordenar la familia del cliente y con éxito a un cierto nivel (lo he hecho). 

Pero cuando se trata de vida y muerte y muerte de un inocente, ajeno al problema, pero sí intrincado, diciendo “yo por ti” en una situación en la que el que debe actuar se retira, no actúa y deja hacer a un hijo; sería peligroso utilizar el primer método, peligroso para el constelador, que cree poder constelar sin estar en armonía con los movimientos del Espíritu. 

A menudo es lo que hacemos en psicoterapia. Pero si solo hago psicoterapia y la persona se limita a eso, no está en contacto consigo mismo, ni con su destino ni su movimiento interior; le he colocado algo mío encima, algo que le es ajeno.

¿Y qué me puede pasar?

¿Estoy en contacto con mi centro o con algo externo, enseñanza, conceptos…?

Ayudar así es un alejamiento de la persona de sí misma. Alejo al individuo de su propio destino. 

Los movimientos del Espíritu son lentos.

Sentirse culpable

Cuando nos sentimos culpables con alguien y queremos repararlo de verdad ¿el otro está mejor? 

¿Qué ejercicio interno se debe hacer? 

Ponerse al lado, a distancia de la persona, mirando en la misma dirección, mucho tiempo, hasta que el otro se mueva. Y nosotros nos quedamos atrás. 

Nos hace sentirnos en nuestro lugar y el otro se libera de nosotros. 

A veces se piensa que siempre hay que hacer algo para una pareja o que algo es responsable de lo que nos pasa. Y ¿eso sirve para algo? 

Explicar sería interpretar.

Solo sirve ver el movimiento o no movimiento que hay, el movimiento que viene de las profundidades. 

¿A nombre de qué tendría que intervenir de otra manera? En nombre de una imagen personal que yo proyectaría. 

Por eso tengo que estar en mi sitio, en el sitio justo, en el último y el más bajo. 

Algunos me preguntan después de un trabajo ¿qué tomo, esto o lo otro? pues esto y lo otro. Lo tomo todo.

La filosofía de Bert Hellinger

Se trata de una filosofía y sabiduría particular. Muchos no se han dado cuenta de que mis tomas de conciencia son revolucionarias. 

A nivel humano, desechan todo lo que ha sido dicho hasta ahora, con los padres, sobre la pareja, sobre la relación entre pueblos... Muestran cómo algo que ha sido separado se puede reunir. 

Lo más importante es sobre el funcionamiento de la conciencia en occidente y en el catolicismo que dice: hay que seguir la conciencia e incluso a través de ella nos habla Dios. 

Y esta conciencia tiene consecuencias en toda la filosofía occidental, y fue el “campo” que no pasó por “la lumière” de los filósofos franceses. Kant tampoco se dio cuenta. 

Cayeron en la trampa de la conciencia. No se atrevieron a mirar su efecto. 

Por un lado, la conciencia nos ata a nuestra familia, es su función fundamental y por otro lado nos separa de los demás. 

Cada vez que rechazamos a alguien, es desde nuestra buena conciencia. Solo el que tiene buena conciencia rechaza a alguien; le da la energía suficiente para el conflicto, la guerra, el agredir a otros. 

Pero en cada bando hay una buena conciencia con Dios de su lado. Ambos bandos tienen buena conciencia, se sienten bien, en estado de santidad mientras matan, como los santos que predicaban las cruzadas. 

¿No es lo más peligroso que hay, la buena conciencia? 

¿Lo más opuesto al amor?

Es lo que he puesto a la luz: el peligro de la buena conciencia. 

Y va muy lejos, pues muchos miran a Dios con buena conciencia y separan a los buenos y a los malos. En los frescos de Miguel Ángel los malos están en el infierno y los buenos se alegran con alevosía de verlos. 

La conciencia viene de un movimiento de equilibrio, tiene muy buenos efectos, cuando nuestra pareja nos hace un bien nosotros queremos devolvérselo. Y cuando alguien nos pega, también queremos pegarle, cuando alguien nos hace una injusticia queremos matarle, por justicia. 

Comprender la gravedad de la buena conciencia e ir más allá es una hazaña, una hazaña de amor. Cristo lo muestra. Por ejemplo, el Apocalipsis es lo más horroroso que hay. Pero Jesús no está ligado a la conciencia; los piadosos suelen olvidar esa frase, se olvidan que era el amigo de los pecadores (homosexuales, adúlteros, asesinos).

La frase de Jesús es: “Soy misericordioso como mi padre en el cielo”. No habla de justicia, solo de amor. “Deja brillar el sol sobre los buenos y sobre los malos”. 

¿Qué hace la gente que transforma a Jesús en un juez?

Ejercicio:

Con los que son los buenos y los malos para ti, haz brillar el sol para todos, haz llover para todos. 

¿Qué ocurre en ti?

Esto es el amor del Espíritu. 

Es la inocencia lo que va en contra del amor, inocencia como buena conciencia.

¿Cómo dar un paso más allá? Ser culpable con amor, por amor. El movimiento del Espíritu es de amor y pasa a través de todas las fronteras. 

No hay nada mejor que lo que ya tenemos. 

Otro descubrimiento revolucionario: cada ser humano es único y, tal como es, es bueno para todos. 

Trascripción de Brigitte Champetier de Ribes