Bert Hellinger en París, 3-4-5-X- 2005
Bert Hellinger trabaja para ayudar a vivir.
Con tomas de conciencia sobre cómo llevar la vida de otra forma, cómo sentirse colmado, óomo tener éxito en las relaciones.
Cuando trabaja con una persona mantiene la mirada sobre el grupo.
¿Cómo se manifiesta la vida?
¿Cómo ser un ser vivo? ¿De qué modo vivimos felices o infelices?
Al estar vinculados.
Vivir significa estar vinculado. Una vida feliz significa estar en un vínculo de amor.
Una vida desgraciada significa que un vínculo no se consiguió.
¿Dónde empieza la vida feliz? ¿Con qué vínculo? ¿Dónde empieza el amor? ¿Dónde empieza la desgracia? ¿Dónde empieza la carencia?
Junto a la madre.
La relación con la madre es la clave para una vida conseguida.
Mira a tu madre, a su lado, tu padre, están juntos y miras primero a la madre.
Te acuerdas quizá de este vínculo con tu madre
Un recuerdo muy profundo
Cuando estabas en su seno
Cuando eras uno con ella
Sus emociones eran tus emociones
Sus miedos eran tus miedos
Sus alegrías eran tus alegrías
Su amor era tu amor
Su dolor era tu dolor
Eras uno con ella
Esa felicidad no podía durar; hacía falta vivir la separación, nuestra experiencia fundamental, de felicidad y desdicha.
Y descubrimos un nuevo modo de ser uno, a la vez unido y separado, a la vez vinculado y distinto, ahora enfrente de ella.
Y sentimos esa felicidad, con su mirada.
Y ahora vamos creciendo muy despacio.
Cada vez un poco más lejos, unidos por la mirada y separados.
Cada vez que perdemos el vínculo mientras seguimos creciendo volvemos a esa unión de antes de la separación y luego a ese otro momento cuando aprendimos la separación y el amor.
Y cuando nos sentimos otra vez totalmente vinculados seguimos creciendo,
muy despacio,
muy despacio.
Un comportamiento sicótico viene de una dinámica que concierne a toda la familia, a todos de la misma manera. Por lo tanto se trabaja con todo el sistema, se busca el origen del problema y se resuelve en el origen. Esto es lo que sana el sistema.
Cuando dos personas que tenían que estar unidas no lo están, una persona, en cada generación siguiente, representa a esas dos personas unidas. Es el sicótico.
Cuando alguien está en una intrincación, se sitúa al lado de un antepasado, se le saca de la intrincación (se le aleja físicamente del pasado). En la intrincación, el muerto espera algo del vivo, le atrae hacia la muerte para que haga, resuelva algo en su lugar.
A veces, en una constelación hace falta un esfuerzo increíble para resistirse a la atracción de la muerte, del muerto, que incluso se puede enfadar.
Una vez que ya nadie se inmiscuye en el asunto inconcluso, los dos muertos pueden resolver el problema y alcanzar la paz.
La intrincación se basa en dos fantasías infantiles: - el amor que lo puede todo, - el poder sobre la vida y la muerte.
Inclinarse ante el Destino permite reducir ese poder.
¿Por qué existe el desorden? El desorden nace cuando se excluye a alguien, no se le mira, por miedo a su destino. Mientras que el niño no tiene miedo a esos destinos tan duros y se atreve a mirar a los que los demás no han mirado.
El no-ser-mirado crea una fuerza nociva en el sistema. El yo de otro se hace con el yo de la persona y le impide vivir su propio destino.
Los que quieren matar son los niños.
Detrás de todo esto hay otra fuerza. Frente a ella no hay diferencia entre vida larga o vida corta, si alguien muere en el lugar de otro o no. ¿Es horrible o no? Podemos inmiscuirnos en esa fuerza o podemos asentir a todos estos destinos, sin miedo de hasta dónde nos lleva. Y es cuando algo puede cambiar. Algo se muestra entonces, algo que va a servir a la vida de un modo especial: el respeto al destino de los que nos precedieron.
Después se le puede rogar Por favor al Destino.
Así sí se puede ayudar.
Muchos son presa de la mirada tradicional de la psicoterapia que solo mira al individuo. Freud creó un movimiento importante, pero al seguirlo a menudo solo se piensa en una sola persona y así el cliente cree que su vida solo tiene que ver con lo que él ha vivido, mientras que la mayor parte de los problemas son tomados de alguien del sistema.
Los reproches a las Constelaciones Familiares, en el debate actual, vienen de los que las practican como si fueran una terapia individual.
Muchas enfermedades representan un vínculo con un excluido que vuelve en los recuerdos a través de la enfermedad. Por lo tanto debemos cambiar nuestro trato a la enfermedad, no deshacernos de ella; si no, en nuestro corazón nos estamos deshaciéndonos también del excluido.
Debemos entonces permitir que ese excluido se manifieste de otra manera. Gracias a la enfermedad miramos al excluido, lo llevamos a nuestro corazón. La enfermedad entonces puede irse, ya que el sistema ha vuelto a encontrar su orden.
Por lo tanto primero tomamos la enfermedad en nuestro corazón. Luego miramos hacia donde antes la enfermedad miraba, y lo tomamos también en nuestro corazón. Entonces algo cambia en nosotros y en la familia.
Sin madre no hay pareja. Para los que buscan pareja sin encontrarla, primero han de tomar a la madre.
Nadie puede huir ni de su madre ni de su patria.
Observad si el cliente está en la lucha o en la desolación. La lucha se sitúa en el origen, con la madre. El terapeuta no debe dejarse crucificar por la madre.
Es inútil trabajar sobre la relación de pareja mientras uno de los dos no esté en armonía con su madre.
La percepción está conectada con la sabiduría. La percepción nos dice si algo es posible o no.
Escucha con el oído del acúfeno.
Lo que oyes ¿a qué distancia está?
Es la voz ¿de un hombre, de una mujer? ¿De qué edad?
¿Cuáles son las palabras detrás del acúfeno?
Di a la persona "ahora te escucho".
¿Has oído algo?
Ahora mira a la persona, y detrás de ella hay alguien. Poco a poco te retiras, las dejas a los dos.
Recuerdas cómo de niño estabas totalmente en el presente. Recuerda, de niño, lo que miras te llena y no piensas en nada más.
Tus descubrimientos, estás en ellos, eres ello, lleno de lo que estás descubriendo.
Tus deseos, estás totalmente en ellos.
Tu movimiento, eres uno con él, te colma, cuando andas, corres, nadas...
Tus ganas, todo lo que vives, miras, sientes, hace uno contigo, no cabe otra cosa, todo te colma, estás totalmente presente. Eso es la vida colmada.
Y ese niño totalmente presente lo integras a tu presente.
Eso es la vida colmada, la plenitud.
Los problemas empiezan en el pensamiento, están siempre ligados al pasado. En el presente no hay problemas. El pasado se pega al presente. Sin pasado no hay problemas.
El terapeuta que trabaja sobre el pasado hace perder el presente.
La purificación interior consiste en liberarse del pasado, dejarlo atrás.
Las imágenes internas son las que dan el permiso para no actuar. El que no actúa debe algo a su madre, o ha terminado con la vida, entre otras razones.
La mayoría de los problemas son fantasías, los soñamos. Solo basta despertar.
Casi todos los problemas se resuelven tomando un desvío.
Cuando se pone un representante sin hacer nada, el movimiento del alma va siempre en la misma dirección: reunir lo que ha sido separado, devolver al excluido, hasta que la familia esté de nuevo completa y unida.
En el recogimiento existe un amor distinto, nuevo, el amor adulto.
Entreguémonos al movimiento del alma. La Conciencia Colectiva Inconsciente Familiar, el Alma, tiene un movimiento fundamental: une lo que ha sido separado y libera a los vivos.
El amor ciego es el que crea los problemas en las familias, reemplazando, inmiscuyéndose, yendo contra la vida con su pensamiento todopoderoso, de estar por encima de la vida y la muerte.
El sistema no permite ninguna exclusión. En caso de una exclusión un descendiente retoma sus sentimientos hasta que alguien lo mire con amor.
Toda la familia pertenece a ese campo, y cada uno entra en resonancia con él. Nadie puede salir de este campo, y no nos podemos deshacer de nadie que pertenezca al campo.
Todos los que han sido rechazados u olvidados ejercen un gran poder sobre los descendientes.
Este campo que sabe, el alma más grande, actúa en cada uno de la misma manera: devuelve a la familia a los que fueron excluidos. Nuestro trabajo está en resonancia con esa alma, con ese campo.
¿Cómo acceder a la fuerza completa? ¿A la integridad? ¿Al amor adulto? Dando a cada uno un lugar en nuestro corazón.
No se trata de orientar la constelación hacia la solución, sino llevar hacia el principio de un movimiento de amor hacia alguien.
Se conoce al amor a través de nuestras emociones, de los sentimientos primero para con los padres, luego para con el resto de la familia, más tarde a través de las emociones más intensas de la relación de pareja.
El amor está en la base de todas las relaciones colmadas. A veces se trata de un amor ciego, quiere algo del otro que puede ir más allá de las fuerzas de ese otro; también lo que se espera con respecto al amor está sobredimensionado, sobre todo con respecto a los padres, a la madre.
Lo que se espera de la madre supera a veces toda medida humana y a veces cuando ese mismo adulto encuentra dificultades en su vida las achaca a sus padres, les hace sentirse culpables de ellas. Piensan "Ojalá mis padres hubiesen sido distintos"...
¿Y qué va a pasar con su cónyuge? Va a tener con él la misma exigencia, y es la catástrofe.
Las fantasías que están detrás de esto: los padres son Dios. Dios es un padre/madre perfecto.
Todos los que han realizado algo grande han tenido una infancia difícil.
La mente es rápida y el alma es lenta. Los cambios son lentos; como todo lo que está en crecimiento.
Todo lo que ha permitido avanzar a la humanidad, al mundo, ha sido posible gracias a que había algo incompleto, imperfecto.
La creatividad solo puede existir cuando se reconoce algo incompleto y se inicia un movimiento para colmarlo.
Cuando se colma, el movimiento y la creatividad se detienen.
Lo que es perfecto es inmóvil.
Sin incompletud no hay progreso.
Si imaginamos que la fuerza que está detrás de la vida es perfecta, entonces ya nada puede cambiar.
Por lo que lo Divinamente Creativo es incompleto y se puede equivocar. Sus condiciones para existir son las resistencias. Todo lo que es creativo tiene como raíz un conflicto, un error, es la condición necesaria para que la fuerza creativa se pueda desarrollar. El conflicto es divino. El error es divino.
El movimiento creador es incompleto y se pone en movimiento cuando se reconoce que algo de antes es incompleto.
Las exigencias hacia los padres van en contra de la vida, del deseo de evolucionar, de ser creativo. Solo podemos evolucionar gracias a que nuestros padres han sido imperfectos. Las dificultades son la fuente de la fuerza que nos hace actuar y evolucionar.
Por lo tanto, ¡dichosos los que han tenido padres imperfectos!
Lo mismo se aplica al terapeuta que tiene miedo de cometer un error. Es una de las creencias del terapeuta, que el terapeuta no se debe equivocar, debe ser perfecto. Los pacientes que se enfadan con el terapeuta, cuando descubren la imperfección del terapeuta, son los que se estancan en el niño resentido, en vez de aprovechar la fuerza y la libertad que da esa imperfección. No quieren tomar a sus padres tal y como son, no tienen ninguna energía, no la quieren tomar.
En la relación terapéutica, allí donde se da transferencia-contra transferencia, el niño en el terapeuta se vincula con los padres en el cliente.
Es un logro espiritual el liberarse del amor infantil prepotente que quiere morirse por los demás.
El crecimiento, el desarrollo espiritual consiste en ponernos a un nivel en el que vemos y respetamos a todos, a cada uno y su destino. Después, miramos a nuestro destino, captamos una señal y hacemos entonces algo que nos es propio, al servicio de nuestro destino.
Por lo tanto en vez de morirnos, debemos realizar nuestro futuro, realizar algo al servicio de la vida.
A un perpetrador: dejo la culpabilidad contigo, con todas las consecuencias. Respeto tu grandeza.
Investigar el pasado es volver al pasado en vez de dejarlo en su sitio. Es inmiscuirse, con un cuchillo en la mano, sin respeto, sin amor, e interrumpir la fuerza hacia el futuro.
En los síntomas hereditarios el deseo de los ancestros es que ese síntoma se detenga con ellos. El amor infantil desea imitar a sus padres, para así sentirse más vinculado, sentir más pertenencia. No ve el amor de sus padres que desean otra cosa para él. El amor infantil no ve el amor de los padres para los hijos. Es un amor de una sola dirección.
Entonces el amor adulto consiste en hacer algo nuevo, distinto, dejar de imitar, con el permiso de los padres.
La desventaja con respeto a la imitación es que eso conlleva la independencia, menos vínculo, y ser más grande, crecer.
Es difícil deshacerse de la imitación.
Con una enfermedad crónica te pones al servicio de tu familia.
La pregunta es ¿hacia dónde va esa fidelidad?
La enfermedad puede representar a alguien al que no se le miró.
La felicidad es siempre un poco incompleta; si no, es la muerte.
Cuando los padres se preocupan por los hijos lo ponen peor para esos hijos. Preocuparse por alguien es inmiscuirse en su destino, querer sustituir a Dios; y es un modo de pasar al lado de nuestra propia vida.
¿Dónde está el Yo? ¿En el cuerpo o fuera? Disponemos de nuestro cuerpo, le hacemos daño como si el YO estuviera en el exterior. ¿Está en el alma?
En el amor o en el rechazo, ¿dónde está el Yo?
Si rechazo un duelo ¿quién rechaza, el alma? ¿El Yo? El Yo. Pero ¿dónde está?
Nuestra mente, nuestra razón, ¿el Yo está frente a ellas?
Cuando la conciencia nos empuja, el Yo sigue a la conciencia.
En las intrincaciones, un Yo más grande está obrando, un SuperYo que pone el Yo a su servicio.
En los movimientos sociales, políticos, populares, colectivos, el Yo desaparece y un SuperYo se pone a dirigirlo todo. Son los momentos y movimientos en los que los individuos renuncian a su Yo a favor de un conjunto mayor.
El Yo, para que sea individual y personal, necesita una purificación, necesita desprenderse, desprenderse de los padres.
Uno se hace más sobrio, el Yo cambia, se va vinculando, se va haciendo amor. Y los Yoes van creciendo, asumiendo el propio y respetando el del otro.
Así se llega al Yo purificado.
Al final cada uno estará solo, vinculado con su propio Yo.
Cuando se respeta al Yo del otro, sin inmiscuirse, cada uno puede crecer dentro de su Yo, y la relación está llena de respeto. Eso es el verdadero amor.
¿Cuál es la finalidad del Yo?
El Yo es en nosotros lo más divino que existe. En nuestro Yo lo divino se revela, fuera del cuerpo, fuera del alma, fuera de la mente. Está encima de todo ello.
Este Yo es la imagen de un Yo divino, obrando en cada Yo individual, en cada uno de un modo distinto.
Bajo la influencia de este Yo divino todo Yo individual sigue siendo un Yo individual y va siendo una manifestación particular del Yo divino.
La última purificación del Yo es cuando se abandona al Yo más grande, se funde en él, de algún modo es uno con él; no en el ser, solo en el movimiento. Entonces se realiza la unidad total del Yo con el Yo divino. Eso es la entrega más avanzada, última, y la libertad más avanzada, última.
EL Yo divino, el Yo creador, se hace visible y alcanzable en los movimientos del alma. La fuerza que anima a los representantes es el Yo creador, el que provoca un movimiento, un movimiento que siempre va en el mismo sentido: es un movimiento de amor que une. Y ese Yo es amor puro.
Entregarse a ese movimiento no puede dañar a nadie; trae la verdadera dicha.
En el caso de un aborto terapéutico la madre está en un dilema. No hay solución buena a la vez para ella y para el hijo.
Es necesario ir mas allá de las fronteras del bien y del mal, de la culpabilidad y de la expiación, de los limite de la psicoterapia, y situarse al nivel del destino, de un último Yo, del amor puro. Dentro de los límites del bien y del mal no existe más que la desgracia.
Nadie es libre. No importa lo que decida el Yo, las consecuencias serán imprevisibles.
En un aborto la madre está mas vinculada que el padre, porque además de perder un hijo pierde algo de su cuerpo.
En caso de aborto voluntario no hay solución dentro de las constelaciones, no hay solución para la madre principalmente, tampoco para el padre, ni para el hijo abortado, ni para los demás hijos.
El hijo abortado solo estará en seguridad con su destino.
La necesidad irresistible de equilibrar ganancias y pérdidas hace que el alma se sienta bien con la compensación y la expiación. Cuando mato a alguien, si quiero morir yo también es para librarme de mi culpabilidad, es para expiar.
En la expiación uno solamente se mira a sí mismo; está desprovisto de amor.
Por el contrario mirar al otro con amor y hacer frente a la culpabilidad y a las consecuencias de mi falta eso da fuerza, la fuerza de hacer el bien, y produce un efecto de reconciliación.
El miedo, igual que el deseo, crea un campo energético de necesidad, de espera de algo. Lo que se espera, para bien o para mal, está presente en el campo y alguien lo tiene que realizar. Es el miedo lo que crea esa necesidad de que alguien haga algo malo.
Para contrarrestar la fuerza creativa del miedo cread un campo benevolente, mirando al problema con amor.
Por ejemplo: visualizad un monstruo y regaladle algo bueno.
El niño en incubadora, prematuro, vive un dolor muy profundo de separación, dolor que vuelve más tarde en su vida de adulto, cada vez que quiere ir hacia alguien su movimiento de amor se interrumpe, cada vez que ama a alguien entra en movimiento circular de ir hacia y volver al principio, volviendo al sentimiento de abandono profundo que vivió en el momento de nacer.
Imagina que tomamos tu camino de vida, pasando de nuevo por la incubadora.
Cada vez que hay algo duro haces un alto.
Estás en la incubadora.
Haces un alto:
Te sientes mantenido por tu madre, cogido y sostenido por ella. Siente la incubadora, a la vez sientes que eres sostenido por tu madre y tu padre con amor.
Mucha gente te miró entonces con amor, cuidaron de ti, y sobreviviste.
Sigue tu camino, muy despacito, mes a mes, año tras año.
Cuando algo no va, haces un alto para sentirte sostenido por tu madre y quédate con ella hasta sentirte bien de nuevo.
El parto es el primer movimiento interrumpido.
Para restablecer el contacto perdido con los padres se puede rehacer el nacimiento, o terapia primal, o terapia de contención; luego decir las frases de la oración al amanecer de la vida y luego hacerle andar por su camino de vida.
La finalidad de la psicoterapia es unir lo que fue separado, servir al amor que sirve la vida.
Es importante que cada psicoterapeuta reconozca sus particularidades, su unicidad y le diga sí, sin comparar. Estar en acuerdo con nuestra unicidad nos permite vincularnos con los que son diferentes, aprender de ellos, darles algo. Permite crear un vínculo humano en el que cada uno gana.
En política se entra en competencia, en rivalidad con los demás por poder, por dinero.
¿Qué ocurre en ellos?
Pueden reconocer la unicidad de cada uno, reconocer que cada uno actúa al servicio de una fuerza más grande y con unas capacidades particulares.
Esto permitiría un servicio más profundo.
La libertad es un concepto vacío; es un sentimiento agradable pero tan vacío que no dura toda la vida. Cuando empieza el amor, desaparece la libertad.
Miraré mientras me sea permitido
Disfrutaré de ver mientras me sea permitido.
¿Cómo conservar la vista durante más tiempo? Mirando con amor, mirar diciendo sí al destino. Mirar el presente y alegrarse del momento presente, en vez de pensar en el futuro.
Bajo la forma de mi madre, lo incognoscible me abrazaba.
Ya que quise la vida, sé que querré a la muerte.
La imagen del inconsciente es que en la muerte estamos reunidos con la madre, por lo tanto con una madre viva.
A alguien que desea seguir a su madre en la muerte: cuando te mueras no encontrarás más que huesos, tu madre no estará. Te sentirás sola como nunca. Verás tu vida, desesperándote por no poder cambiar algo, por hacer algo distinto de lo que has hecho en vida, arreglar algo. En la muerte uno está realmente solo. ¿Los muertos están en paz? Los muertos quieren acabar algo que dejaron sin hacer.
Y si te mueres será demasiado tarde.
La muerte más importante, más difícil, es quizás la que viene después.
El trabajo por realizar, trabajo de amor, de reunificación más difícil es quizá el que ocurre después de la muerte.
Bert Hellinger en la Ecole Bert Hellinger de París. 3-4-5 de octubre 2005
Trascripción y traducción de Brigitte Champetier de Ribes