Bert Hellinger / Los textos citados son las transcripciones autorizadas por el mismo Bert Hellinger de sus entrenamientos y conferencias. Algunos son extractos de sus libros.














































Extracto de preguntas y respuestas III, entrenamiento intensivo

Barcelona 2009

Bueno, estáis entrando en el ritmo de este curso intensivo. Es un curso de formación, pero de una forma muy diferente de lo que algunos se imaginan respecto a una formación, una formación donde uno aprende con la ayuda de material puesto delante de uno. Es lo que hemos conocido durante los años en que hemos tenido que atender la escuela.

Pero ahora, emprendemos un viaje a regiones desconocidas y nuevas. Viajes hacia nuevas experiencias y nuevas comprensiones, que exigen de nosotros algo totalmente diferente. Aquí recibimos herramientas para la vida, aprendemos a ir hacia una nueva dimensión. De ahí surge la capacidad de actuar de otra forma, desde una nueva experiencia que nos exige un cambio.

En concreto, este cambio significa que nos dejamos llevar por un movimiento, es decir que no podemos aplicar algo porque lo tenemos adquirido, (algunos aprenden cómo caminar, pero ¿pueden caminar?), aquí es siempre algo nuevo y se dirige hacia una nueva dirección cuando trabajamos con alguien. Entonces, vamos acompañando a ese alguien, nos encontramos con él en el mismo nivel. Él avanza y nosotros también. Él hace una experiencia y nosotros también hacemos una experiencia. Él tiene que arriesgar algo, y nosotros también. Esa es la diferencia y por eso nos produce alegría, siempre algo nuevo, siempre hacia delante. Hoy, continuaremos de esta forma. ¿Hacia dónde vamos? No lo sabemos, acontecerá.

En la vida, siempre surge lo nuevo, lo nuevo, lo nuevo.

Hay un refrán alemán bien conocido, yo lo he modificado un poco: “llevo siempre a donde voy, lo que en mí me falta”. Por ejemplo, cuando llevo el móvil conmigo, -siempre lo llevo conmigo-, estoy llevando conmigo lo que me falta, lo que sobre todo me falta. ¿A quién representa el móvil?

¡¡¡No necesito decirlo!!!

Lo que pudimos experimentar esta mañana, donde nos llevó Sophie de un modo particular, nos hace conscientes del radio tan reducido en el que nos movemos, del ámbito tan estrecho en el que estamos.

También pudimos experimentar que los límites que nos ponemos en nuestra vida nos cortan tanto de lo que está detrás de nosotros así como de lo que está delante. La quintaesencia de todo esto fue evidentemente que no hay un principio y no hay un fin.

Todo se mueve en un movimiento infinito. Nuestra vida está ligada a muchas vidas antes, a toda la vida anterior a nosotros. Esto tiene su efecto en nuestra vida actual y está relacionado con toda vida que, según nuestros conceptos, vendrá. Pero todo ya está aquí, sino, no podría tener efectos en nosotros. Estos son los vínculos hacia todos los lados.

Podemos manejarlo de varias maneras. Miramos a nuestras vidas pasadas, que evidentemente existen, no cabe dudas, y miramos a lo que surge de la misma manera, una mirada puntual. Puedo mirar a mis vidas pasadas o puedo mirar a las vidas pasadas de aquellos con los que estoy vinculado. ¿Cómo es entonces mi mirada? ¿Puntual? ¿Y qué gano para mí? Pues, lo mismo para el futuro, lo mismo que mirando con un catalejo. ¿Cuánto puedo percibir con un catalejo? Un poco.

Con esto, ¿adónde quiero llegar? Todo lo que se mueve, lo que aparentemente se ha movido ya pero que, a pesar de ello, sigue en movimiento, es mi vida desde otro lugar.

Todo lo que existe, existe siempre. ¿Por qué existe? Porque es movido por otra fuerza, que lo concibe tal y como es.

lo podemos hacer como un ejercicio.

Cerrad los ojos…

Miramos a nuestras vidas pasadas. ¿Es nuestra vida? ¿Hay otro efectuando el trabajo? ¿Hay otra fuerza de creación en acción?

A cambio de mirar allí, a esas vidas pasadas mías, como hayan sido, miro más allá de ellas a esa fuerza.

Si ahora miro hacia esa fuerza, me llevo todo lo que ha sucedido en aquellas vidas - cual sea la relación que haya tenido con ello – me lo llevo todo en mi mirada hacia esa otra fuerza. Así, todo lo que ha sucedido se da la vuelta y mira conmigo a esa fuerza. Todo fue concebido por esa fuerza, de esta manera única, exactamente como fue.

De pronto me encuentro, junto a todas las vidas pasadas, con todas las personas como son y cómo fueron, orientadas cada una de ellas hacia esta fuerza decisiva.

En ese instante, todos se liberan, pero unidos gracias a esa fuerza, sólo gracias a ella. Esta conexión es nuestra libertad, libres el uno del otro.

Ahora, miraremos algo concreto y experimentaremos lo que significa ser guiados por esa fuerza.

¿Quién tiene una petición?

Sale un hombre.

Hellinger: Te imaginas que te encuentras en un laberinto. Cierra los ojos. Hay muchos caminos y no sabes dónde está la salida. Cuando estás dentro, tampoco sabes dónde está la entrada. Tantos caminos diferentes. En el laberinto, cierras los ojos y vas tanteando hasta sentir: ésta es la dirección, esto es de lo que se trata…

¿Hacia dónde va la dirección?

Hombre: No he podido decidir.

Cierra pues los ojos. Originalmente hubo alguien en el laberinto que pudo orientarse. Se había llevado un hilo rojo.

Después de una constelación:

Lo que hemos presenciado aquí es algo impresionante. Así como todo lo que se da en el futuro en conexión con la madre. Sin madre no hay pareja. Sin madre no hay hijo feliz.

Donde la madre se resiste a la propia madre, el hijo busca en su lugar a la madre (de la madre). ¿Qué sucede entonces a la madre del niño? Ella lo pierde.

Yo ahí pensé: ¡qué destino para el hijo! Lo que aquí vimos es una historia trágica. Pero el hijo aún está en otras manos. De ahí que no necesitamos preocuparnos. Ya estando aquí, estaba en otras manos, en las manos de Sophie. Porque desde la primera noche, Sophie me habló de ese bebé. Ya se encontraba en relación con él.

La pregunta que se nos presenta es: ¿en qué medida hemos encontrado el vínculo hacia nuestra madre? De ello depende todo nuestro futuro. Sin el vínculo a la madre, no hay éxito, ni en la vida, ni en la profesión, ni en una relación. Sin madre, en verdad, todo está perdido.

Ignoramos que hay una revelación divina para nosotros. Las revelaciones de Dios de las que oímos hablar,- cuando alguien dice que Dios se le presenta pidiéndole algo- ¿qué es comparado con la revelación de Dios a través de nuestra madre? Por supuesto que allí incluyo al padre, pero primero la madre. Hay muchos así llamados “buscadores de Dios”. Ninguno de ellos busca a Dios. Cada uno de los que yo conozco da la espalda a su madre. Ese Dios al que buscan es el sustituto para la madre.

Hice un curso en Corea. Ahí participó una monja budista. Hice una constelación con ella. Puse a un representante sin decir quién era. Representaba a Buda. Fue tremendo. Puse al lado de él una mujer sentada en el suelo, sin decir quién era. Era su mujer. Él no la miró. Luego puse a su madre, que falleció en el parto. No hubo conexión. Esta monja, llena de rechazo hacia su propia madre. Esto, os lo doy para reflexionar.

Ahora, imaginad en comparación que gran tarea es adorar lo divino en la madre. Lo mismo vale para cualquier búsqueda espiritual ¡Qué barato!

¿Por qué digo ahora esto? Quiero daros una oportunidad de entrar en el movimiento hacia la madre, como ejercicio.

Os demostraré la forma de proceder.

Tomo una representante para la madre, una mujer que ya es madre, y sabe lo que significa. Tomo una representante para su hijo/hija. Voy a escoger otra mujer, tal vez una mujer lo comprenda mejor. Te arrodillas y tomas la posición del embrión. Y ahora te imaginas que eres un embrión en el útero de la madre. Tú (la madre), de pie sin moverte. Ella (el embrión) regresa al principio del embrión, al comienzo de la vida, totalmente envuelta por la madre, siente como la madre, se alimenta como la madre, respira como la madre, siente como la madre, unida a ella. Sea cual fuere el destino de la madre, la hija lo percibe y lo toma, completamente, en completa unidad con la madre.

Y ahora, la hija percibe la diferencia, lo que son los sentimientos de la madre, los miedos de la madre, las vidas pasadas de la madre, y se adentra a su propio movimiento, totalmente unida por un lado, y ya en la comprensión de la diferenciación de lo que viene de la madre y lo que es su propio ser.

Y tú eres su vida. (Coloca a una tercera persona)

Constelación de demostración.

Hemos visto lo esencial.

Quiero dar oportunidad ahora para que cada uno pueda hacer esta experiencia. Haréis grupos de tres, hombre o mujer, no importa. En ese nivel, todos tienen acceso a lo esencial. Y lo hacéis tal cual lo habéis visto aquí. Os tomáis el tiempo necesario para ello, y cuando llegáis a una conclusión, hacéis 1-2 minutos de pausa. Luego cambiáis. No se habla al respecto. Cada quien con su propia experiencia. Nos tomamos el tiempo. Puede ser que dure más. Por eso, no vamos a regresar al grupo. Cuando termináis el ejercicio os retiráis, cada quien por separado, sin hablar al respecto, para que pueda tener un efecto profundo.