Bert Hellinger / Los textos citados son las transcripciones autorizadas por el mismo Bert Hellinger de sus entrenamientos y conferencias. Algunos son extractos de sus libros.














































La grandeza

Bert HELLINGER, Círculo cumplido, 2001. Alma Lepik 2017. pp. 17-18

Es grande sólo aquel que se siente igual a los otros, ya que los más grande que tenemos es aquello que compartimos con todos los seres humanos. Aquel que siente eso grande en sí mismo y lo reconoce, se sabe grande y al mismo tiempo conectado con todos los demás seres humanos. Cuando lo reconoce en sí mismo, al mismo tiempo lo reconoce en todos los seres humanos y se sabe y se siente igual a ellos. Por ese motivo, con  despreocupación, también puede reconocerse  con esa grandeza porque esta no lo eleva, sino que lo coloca en un mismo nivel. De esa manera confirma a los demás la grandeza de ellos, y ellos le confirman a él su grandeza. Ama a los otros en su grandeza y es amado por los otros a causa de su grandeza. Así esa grandeza une a todos los seres humanos con humildad y amor.

Aquel que se eleva por encima de otros pierde la conexión con ellos. Se retira de ellos y ellos de él. Por eso esa arrogancia hace que quede solo. Y hace que desconfíe. Aquel que se eleva por encima de otros debe temer que los otros lo rechacen, que secretamente estén esperando que caiga de su arrogante altura hasta volverse nuevamente igual a ellos. Sí, él mismo espera secretamente su caída porque su alma no aguanta esa arrogancia mucho tiempo. Finalmente comete errores que resultan incomprensibles para los demás pero que están en concordancia con su alma. Esa “grandeza” de elevarnos por encima de otros no la aguantamos mucho tiempo. Tampoco los demás la aguantan durante mucho tiempo.

Y también aquel que se rebaja y se ubica por debajo de otras personas pierde la conexión con ellas. Ellas perciben la exigencia de ese tipo de humildad y la negación de hacer lo que es adecuado para la grandeza humana.

La verdadera grandeza es exigente, pero de una manera benéfica. Porque tal como reconoce a los otros, también pretende ese reconocimiento de parte de ellos. Esta exigencia hace bien a todos. Une allí donde la exigencia arrogante o la exigencia que niega las grandes acciones espera.

Pero también forma parte de la grandeza que yo reconozca en mí lo especial que me ha sido regalado, y al mismo tiempo en cada persona lo especial en ella. Por lo tanto, también lo especial es algo que todas las personas tenemos en común y que une en lugar de separar. Porque también lo especial está al servicio del Todo. Por eso incluso allí donde parece diferente, considerándolo en el Todo es igual a lo especial en cada persona.