Bert HELLINGER, Círculo cumplido, 2001. Alma Lepik 2017, p. 148.
No existe un grupo en el sentido de que aquí están las víctimas y allí los perpetradores. Sólo existen las víctimas individuales y los perpetradores individuales. Cada perpetrador individual debe exponerse a cada vícitma individual, y cada víctima individual debe exponerse a cada perpetrador individual.
Y se pone de manifiesto que no hay paz para las víctimas muertas si los perpetradores muertos no ocupan su s lugares junto a ellas, si los perpetradores no son recibidos por las víctimas. Y no hay paz para los perpetradores mientras no se hayan recostado junto a las víctimas muertas siendo iguales a ellas.
Allí donde eso no sucede y donde no permitimos que suceda, más adelante los perpetradores son representados por descendientes.