Bert Hellinger / Los textos citados son las transcripciones autorizadas por el mismo Bert Hellinger de sus entrenamientos y conferencias. Algunos son extractos de sus libros.














































Lo exacto

Mayo -julio 2011

Queridos oyentes, 

Hoy, domingo, voy con ustedes más allá, lejos de la estrechez, lejos de los miedos que nos podemos imaginar, lejos de lo exacto. 

Exacto significa: llevado a su punto. Con esto lo exacto está a la vez separado de algo que asimismo le pertenece. Exacto significa por tanto también limitado. 

Lo exacto está aislado, está recortado de algo más grande. De todas maneras: ¿Podríamos hacerlo útil, lo exacto? Precisamente porque es exacto. 

Todo lo importante es impreciso, porque incluye muchas diferencias y las toma en cuenta. Por tanto el amor es siempre impreciso y también una vista amplia. Ella hace posible mucho a la vez. 

La percepción que abarca más que una unidad es imprecisa, porque está orientada a la integridad. A la vez está orientada a lo más actual. En lo presente percibe al mismo tiempo su movimiento, lo que será de ello. 

Todo lo creativo es impreciso, porque está en movimiento. Podemos incluso decir que en lo preciso el movimiento acaba, pues lo exacto está llevado a un punto que no puede moverse, porque con eso termina lo preciso. Entonces, quien quiere saber exactamente, queda parado en este conocimiento. Eso es menos en vez de más. 

Toda la vida es imprecisa. Sobrepasa lo exacto, porque en cada instante es nuevo. Así es también con el amor. Quien se imagina cómo tiene que ser exactamente su pareja, porque se hace una imagen de ella, encuentra una imagen…, pero nunca una persona viva. Precisamente de esta manera se queda solo. 

Por encima de lo exacto buscamos una seguridad con la que estamos familiarizados. Ella está precisamente llevada al punto exacto, sin posible abundancia. La plenitud es inexacta, pues ya un pequeño progreso es inexacto.

Lo contrario de exacto es: abierto, abierto para más, abierto para la totalidad, abierto para lo que cuenta finalmente. Ante todo, abierto es el amor, cada día. Impreciso como un amplio raudal que desemboca en algo infinito, disuelto en la plenitud que queda. ¿Cómo? Impreciso, porque abarca todo al mismo tiempo. 

Hoy, domingo, experimentamos alivio de mucho exacto, pues incluso la tranquilidad es inexacta. 

Les deseo un domingo muy relajado y con él – una relajada semana que viene. 

Suyo 

Bert Hellinger 
24 de julio 2011

Mi hijo 

Queridos oyentes, 

El domingo es un día familiar. En él todos se reúnen y se presentan de nuevo. Los padres están contentos cuando todos están presentes otra vez, ante todo sus hijos. Con su memoria recorren el pasado y ante su visión interior repasan lo que para ellos significan sus hijos y lo que valieron para ellos sus propios padres. ¡Qué riqueza! A pesar de todos sus esfuerzos y preocupaciones. 

Por eso hoy diré algo sobre Mi Hijo. 

Mi hijo es nuestro hijo, porque yo soy para mi hijo sólo la mitad, que junto con otra mitad da el hijo entero. 

¿Cuándo mi hijo se siente totalmente mío? Cuando puede ser enteramente el hijo de mi marido o mi mujer. Entonces sus dos mitades quedan unidas en él, uno con el amor. Mi hijo entonces puede andar por mi camino o por el camino de mi mujer. ¿Va entonces por uno u otro camino? ¿O va por el camino junto a los padres? Por un camino más grande y más rico. Su camino entero. Mi hijo es aún más que solamente su madre y su padre. Tiene su propia vida. Nosotros, sus padres, estuvimos juntos con nuestra vida tomados al servicio de su vida. Por tanto con amor le dejamos ir por su camino. Su camino lleva más tarde justamente hacía una pareja con quien él comparte su camino. 

En sus hijos, más allá de su pareja y de él, se unen también mi camino y él de ellos. Por esta razón reconozco en mi hijo y en su camino igualmente los caminos de mis padres y mis antepasados junto con los caminos de mi mujer o mi marido y sus padres y antepasados. Todos unidos. Veo en mi hijo sus antepasados de mi parte y de parte de mi mujer o de mi marido y les honro en mi hijo. ¿Cómo entonces encuentro a mi hijo? ¿Cómo encuentro su destino? ¿Cómo encuentro el camino que él elige para sí mismo? 

Lo encuentro temiendo, sabiendo que soy tanto su padre o su madre como a la vez un hijo de muchos padres, y estoy al servicio de ellos, con amor. 

Les deseo a Uds. con sus hijos y sus padres un domingo de pensamientos amorosos, lleno de recuerdos de amor y un presente cumplido hoy y en la semana que viene. 

Suyo 

Bert Hellinger
15 de mayo de 2011

El silencio

Queridos oyentes, 

A menudo tenemos miedo del silencio. Tememos perdernos en él. Pero el silencio está lleno. Es su plenitud a la que estamos temiendo. Así es el Sol, tranquilo y silencioso, aunque todo lo que vive depende de él. 

Voy a leerles una reflexión sobre el silencio y al final añadiré algo más. 

“El Silencio”

En el silencio todo está quieto. Cada sonido y cada movimiento. Lo profundo y último es silencioso. Dado que en él se para todo lo que busca entrada, el portal del silencio permanece abierto. En él se hunde lo que más silencioso quería estar. En el silencio cada pregunta se detiene, también el dolor del paso, incluso la vida y la muerte. En él estamos en otra parte. Todo lo último es silencioso, infinitamente silencioso, pues así es su profundidad. 

¿De dónde proviene la última comprensión? Proviene igualmente del silencio. Pero él no se mueve. Cada movimiento le quita su profundidad. Como el silencio, ella simplemente está ahí. ¿Dónde entonces quedan las palabras? No llegan. Todo lo que se llena está quieto. Nada le es añadido. En el silencio todo está presente, plenamente presente. ¿Cómo influye el silencio en nuestra vida? El silencio cura. Nadie ni nada pide la palabra en él. Nadie ni nada a quien algo falte. Se hunde en él. El silencio nos lleva a ver. Con una vista limpia, sin visibles comparaciones. ¿Cómo respondemos a todo lo que quiere algo de nosotros? Con silencio, con un completo silencio. Está callado ante él y se vuelve igualmente silencioso. 

Con este silencio vamos ya desde aquí, a través de nuestra muerte. Silenciosos, en completo silencio y volvemos diferentes. Este silencio permanece. 

Aquí van algunos pensamientos sobre esto: lo que sale de este silencio brilla. Está presente en diferente manera. Sobre todo nuestro amor y nuestra suerte.

Les deseo ante todo un domingo satisfactorio y una semana enriquecedora, tranquila y llena. 

Suyo

Bert Hellinger.