Bert.: ¿Quién tiene algo importante?, ¿un asunto?
Sale un hombre y se sienta al lado de B. Hellinger.
Bert.: No lo miré. Está junto a mí y yo me sintonizo con él y tomo un representante (Hombre1) para él. No sabemos de qué se trata, no le preguntamos, tampoco él sabe nada y tú (dirigiéndose al representante) permites ser movido desde el interior sin ninguna intención personal. Interiormente vas a ser llevado ahora por un movimiento… (tiempo)
Bert.: Otro hombre (Hombre 2) más como representante, y buscas tu lugar, tal y como eres guiado desde el interior.
Ahora una mujer (Mujer 1).
La mujer se tiende boca arriba, frente al segundo hombre, en el lugar donde él enfoca su mirada (el segundo hombre mira al suelo y tiene el cuerpo de lado, hacia la derecha).
Bert.: Podemos ver que tiene los puños cerrados. Se trata de un asesinato. Y ahora también puede dirigir su mirada hacia la mujer.
El primer hombre agarra por el cuello al segundo.
Bert.: ¿Cómo te va ahora?
El cliente: Un poco más tranquilo.
El primer y el segundo hombre se miran y se abrazan. El primer hombre, se hace más pequeño.
Bert.: (Dirigiéndose al cliente) ¿Sabes quién es el segundo (Hombre 2)?
El cliente: Creo que mi padre.
Bert.: Sí. ¿Cómo te sientes ahora?
El cliente: Fuerte, siento la fuerza.
Bert.: Has aprendido algo muy grande al respecto. No necesitas hablar con nadie.
Bert.: ¿Qué pudimos ver? Esto es Constelaciones familiares. No se trata de él. Se trataba de la familia.
Bert.: A cerrar los ojos. Miramos ahora a nuestro padre, tiene un lugar en nuestra alma. Tal vez hasta quisimos matarlo alguna vez, como lo pudimos observar en esta constelación.
Y ahora, lo miramos.
Él es el grande, nosotros los pequeños. Sólo a través del padre sigue nuestro camino hacia delante.
¿Fue esto una psicoterapia? No (respuesta del público). ¿Fue Constelaciones familiares? Sí (respuesta del público).
Bert.: Sin que se hubiera dicho algo al respecto, todos pudimos ver y observar; lo determinante surgió de la familia.
Configurando a los representantes el padre pudo recuperar su dignidad. ¿Pudimos saber algo acerca de su problema? Ni siquiera lo pregunté, ni siquiera le miré. Sólo saque un representante para él, sin saber de qué se trataba.
Aquí podemos ver las Nuevas Constelaciones Familiares. Sólo confiamos en los movimientos de los representantes que no tenían ni idea de lo que representaban, ni yo tampoco. Todo venía del movimiento de otra fuerza.