Bert Hellinger / Los textos citados son las transcripciones autorizadas por el mismo Bert Hellinger de sus entrenamientos y conferencias. Algunos son extractos de sus libros.














































Sabiduría andando

Curiosidad y comprensión

Gracias a su curiosidad, el recién nacido conquista su mundo. Cuanto más curioso es, más sano y energético se encuentra.

Gracias a su curiosidad, el niño experimenta también sus límites. Así es cómo el niño quemado aprende por lo que le ha costado que la placa de la cocina arde. Sin embargo, quiere aprender, hacer experiencias propias. Se niega a que le expliquen todo y a que le impidan comprobar por si mismo. Sólo lo que, por curiosidad, vivenciamos, se integra en nosotros y está directamente accesible para nuevas tareas, sin que tengamos que reflexionarlo mucho.

Siendo curiosos, estamos ya poniendo mano a la obra. La curiosidad actúa detrás de cada investigación y, poco a poco, pone el mundo a su disposición.

Las comprensiones en cambio, son regaladas. De repente surgen, a menudo incidentalmente. Con ellas no alcanzamos ninguna frontera y tampoco nos podemos quemar los dedos. Ellas nos toman a su servicio. Por lo tanto, no las podemos conservar para nosotros, están para otros también. En cuanto nos apoderamos de ellas, pierden su fuerza. Más que todo, dejan de progresar. Porque las comprensiones son inacabadas y abiertas y avanzan sólo si, en nuestro interior, permanecemos también inacabados y abiertos.

Por eso, la comprensión se resiste a cualquier tentativa de absorción dentro de un sistema. Se escapa del curioso, dejándole que se queme los dedos contra ella porque, siendo un regalo, implica la espera paciente así como la humildad que reconoce los límites y los acepta. Con esto presente, puede que la comprensión se vierta en nosotros.

A continuación, el maestro les propuso darse el permiso de percibir cómo y cuánto su hija les amaba. Ambos se miraron a los ojos y sus rostros se iluminaron.

Para terminar, el maestro aconsejó al padre manifestar a su hija cuan feliz se sentía cuando ella agradaba a su madre.