Bert Hellinger / Los textos citados son las transcripciones autorizadas por el mismo Bert Hellinger de sus entrenamientos y conferencias. Algunos son extractos de sus libros.














































Respuestas

Revista Hellinger, Junio 2008

La nada

¿Puedes decir algo acerca de la nada ?Me obsesiona ese tema desde que oí la historia del mercader y del monje. Entiendo todo lo demás en ese cuento pero la nada me resulta inexplicable.

Hellinger: Es una pregunta difícil. Pero bueno. Se trata de la nada y hemos de diferenciarlo de lo nada. Son dos nociones totalmente distintas.

Puedes observar con facilidad lo siguiente: Todo lo que es, está rodeado por algo que no es. Supongamos: tu saber está rodeado por un no-saber. El no-saber, tu no-saber, comparado con tu saber, es infinito. Eso vale para todos. Haré un ejercicio contigo y los demás, para que veáis lo que esto significa.

Imagina un objeto delante tuyo, cualquier cosa y de este objeto sabes todo, absolutamente todo. ¿Cómo te sientes respecto a ello? ¿Te sientes más grande o más pequeño?

Más pequeño.

Eso es, porque falta el no-saber. Es decir, la nada le da a lo que es, una plenitud. Si considero lo mismo en términos teológicos y pregunto a alguien: ¿crees en Dios?, esto significa: ¿crees en algo?, ¿crees entonces en algo grande o algo pequeño?

En algo pequeño.

Exactamente, porque todo lo que es, es pequeño. Lo esencial, que nos permanece oculto, eso está en la nada. Nuestro anhelo más profundo no se dirige hacia el existir, por más que sea la vida eterna, sino hacia la nada. En la nada, nos disolvemos en algo infinito. Sólo entonces, alcanzamos nuestra meta.

Me he alejado del tema. Lo voy a reducir ahora a un asunto más banal, algo habitual. ¿Estás casado?

Sí.

¡Me lo haces fácil! Cierra los ojos. Mira a tu mujer y a lo que sabes de ella, a lo que también intuyes de ella y te alegras por aquello. Por supuesto.

Ahora y al mismo tiempo, miras a su nada, aquello que no conoces y no intuyes. Y la miras también con tu nada, que ella no intuye y que tú tampoco puedes intuir.

Cuando la llames, dentro de un rato, serás distinto. ¿Está bien?

Sí.