Bert Hellinger / Los textos citados son las transcripciones autorizadas por el mismo Bert Hellinger de sus entrenamientos y conferencias. Algunos son extractos de sus libros.














































Hellinger Sciencia

Revista Hellinger, Junio 2008

Reconciliación en el alma

Para mí, fue impactante descubrir que, en las anomalías del habla, se hace visible una situación sistémica. Es decir que, en una familia, se dan dos tendencias opuestas. Más precisamente, que tiene que ver con distintas personas que no logran encontrarse. Esta imposibilidad de encuentro se manifiesta en una anomalía del habla.

Quiero aclarar algo fundamental. ¿Cómo crecemos? ¿Cómo estamos guiados de la estrechez a la amplitud, de la limitación a la autonomía - hasta ser completo? El proceso de crecimiento se desarrolla de tal manera que absorbamos en nosotros de modo progresivo algo que anteriormente había quedado excluido y al que no habíamos dejado sitio, integrándole y concediéndole el lugar que le corresponde. Así comienza, muy sencillamente.

Cerrad los ojos, haremos un ejercicio. Imaginad a vuestros padres, la madre y el padre. ¿Cual de ellos se encuentra más cerca, cual de ellos más lejos? ¿Cual de los dos es mejor aceptado, o menos? Entonces, coged aquel de los dos que está menos cerca y tomadlo plenamente no sólo en vuestra alma sino también en vuestro cuerpo. Y sentid lo que cambia. -Quedad ahí hasta que ambos, padre y madre estén igualmente aceptados, amados y reconocidos. Ambos de mismo valor, sin diferencia.

Damos un paso mas, mirad a la familia de la madre y a la del padre. ¿Cual de las dos está más cerca? ¿Cual de ellas más lejos? Ahora bien, acercad a la que se encuentra más alejada de vosotros hasta aceptarla completamente, amarla y reconocerla. Sin ningún juicio, más allá del bien y del mal.

Luego, sintamos lo que pasa en nuestra alma y miremos a lo que talvez no queremos ver. A lo que talvez deseamos apartar. A lo que no respetamos. Lo miramos y lo tomamos con amor en nuestra alma – con todo lo que conlleva, la culpa personal quizá, la enfermedad u otra dificultad - y le damos un lugar a todo. Entonces quizás bajamos del cielo a la tierra y nos introducimos en el conjunto tal y como es, sin deseo de cambiar nada ni de tenerlo de otra forma, sino tal y como es. Así, nos reconciliamos con todo, en nuestra alma.

Ahora podéis mirar a vuestros clientes, sobre todo a aquel que tiene dificultades para hablar. Hacéis lo mismo para él. Tomáis en vuestra alma aquello que él rechaza, excluye y no quiere ver y consentís a ello. De modo que el proceso de integración que es necesario para él se cumpla primero en vuestra propia alma. Observáis luego cuanta más fuerza tenéis al encontraros con él. Tomáis a sus padres y a su familia dentro de vosotros, tanto los perpetradores como las víctimas de su familia, igualmente a todos y sin establecer juicios. Tomáis también su culpa, su destino tal y como es y os inclináis internamente ante él, asintiendo a todo. De este asentimiento surge la fuerza indispensable para brindarle la ayuda apropiada a su situación, a su familia y a su destino, con el debido respeto en el apoyo que se le ofrece.