Bert Hellinger / Los textos citados son las transcripciones autorizadas por el mismo Bert Hellinger de sus entrenamientos y conferencias. Algunos son extractos de sus libros.














































Hombre y mujer

Revista Hellinger, Mayo 2005

"Te quiero"

Te quiero. ¿Quién tiene derecho a pronunciar tal frase? ¿Qué ocurre en su alma cuando pronuncia esa frase? ¿Qué ocurre en el alma del que recibe esa frase?

El alma del que dice esta frase con seriedad, se estremece. Algo ocurre en él, algo que toma amplitud como una ola y lo lleva. Quizá se defienda contra ella angustiado por no saber hacia que orilla le va a llevar. La persona a la que se dirige esa frase, se estremece también; presiente que esa frase va a cambiar algo en él, sospecha el compromiso que representa y como va a determinar su vida para siempre.

Y allí también hay miedo, ¿seremos capaces de aguantar frente a esa frase? ¿Estaremos en acuerdo con las consecuencias que conllevará? Poco importa quién la pronuncie de los dos, a quien va dirigida de los dos.

Y sin embargo no existe frase más bella, más capaz de conmovernos tan profundamente como esa, y que nos vincularía de modo más íntimo con otro ser.

También es muy humilde, nos hace muy pequeños y a la vez muy grandes, nos transforma en profundamente humanos.

Permanecer en el amor

Me gustaría deciros algo con respecto al amor que probablemente será distinto a lo que estén esperando.

Durante las constelaciones oímos a veces la frase: “que permanezcamos en el amor”.

Pero, ¿Qué quiere decir permanecer en el amor?

Conocemos el fenómeno llamado “estar en el vínculo por amor”, estamos ligados por un amor muy particular hacia ciertas personas: nuestros padres, cónyuges, hijos. Por el hecho de estar tan íntimamente vinculados a esas personas estamos a la vez separados de otras personas.

Permanecer en el amor significa quererlo todo tal y como es, acogerlo en el alma tal y como es. Esto significa que uno está de acuerdo con el todo tal y como es, que lo queremos tal y como es.

Eso significa también que estamos en acuerdo con la vida entera tal y como es. En acuerdo con nuestra propia vida tal y como es, con la vida de los demás tal y como es, en acuerdo con la creación tal y como es.

La lucha forma parte también de la vida, la vida de los unos está en lucha contra la vida de los otros por el territorio.

Cuando permanecemos en el amor queremos también esa realidad. Los opuestos, la lucha, la victoria, la caída, vivir y morir, los vivos y los muertos, el pasado tal y como fue, el futuro tal y como será.

En ese amor nuestra mente es amplia. Estamos en acuerdo con todo y de acuerdo con todo. Ese amor significa abandonarse al todo, es verdaderamente religioso. En ese amor estamos colmados y serenos. Miramos con calma que las cosas van ocurriendo, nos abandonamos a nuestro destino con confianza y respetamos el destino de los demás y el destino del mundo.

Permanecer en el amor significa estar en ese abandono frente al todo. Esto tiene consecuencias para nuestra vida cotidiana.

Quien permanece en el amor de este modo puede mirar con paz el mundo tal y como es. La dicha y la desdicha, la vida y la muerte, las intrincaciones y los sufrimientos.

El que ama al todo y se abandona con confianza al todo actúa en acuerdo con la corriente de la vida, con el fluir de la vida, sin pretensión, constantemente en acuerdo y de acuerdo con la vida.

El que mira a los demás con ese espíritu lo hace sin preocuparse por los demás, está libre; y los que reciben la ayuda lo son también. Todos tienen en todo momento la misma grandeza y la misma importancia. Nadie es mejor que otro y nadie es peor. En resumen, simplemente estamos aquí.